Esta mujer descubrió que era intersexual después de ver un video viral sobre eso
Por Patrick Strudwick (BuzzFeed)
Traducción: Laura Inter del artículo “This Woman Only Discovered She Was Intersex After Watching A Viral Video About It” de Patrick Strudwick (BuzzFeed)
Fuente: https://www.buzzfeed.com/patrickstrudwick/this-woman-only-discovered-she-was-intersex-after-watching

Eran las 4:00 am e Irene Kuzemko no podía dormir. Así que entró a YouTube para distraerse. Apareció un video, uno que había visto promocionado antes pero que nunca había pensado ver. Sin embargo, esta vez sintió que algo la convenció para hacer clic en el video.
“No sabía que cambiaría tanto mi vida”, dijo sentada en la misma habitación en su hogar en Moscú donde vio el video en 2015.
El video de BuzzFeed, fue titulado “¿Cómo es ser Intersexual?”. Irene pensaba que la intersexualidad era un tipo de nueva identidad de género. No tenía idea de que era un fenómeno físico, una diferencia biológica en la que un cuerpo no se ajusta a las normas para los cuerpos típicamente masculinos o femeninos, o que esto tenía algo que ver con ella. Al darse cuenta de esto, descubriría secretos que habían devastado su vida por los últimos 10 años.
A Irene le habían mentido. Había sido sometida a cirugía y le habían extirpado órganos sin que ella lo supiera. Las personas más cercanas a ella, en quienes más confiaba, le habían ocultado la verdad.
Pensaba que era un monstruo: un “monstruo que no era lo suficientemente mujer”. Pero ese sentimiento estaba a punto de desenmarañarse.
El video desencadenó una cadena de eventos que la convertirían en su propio detective privado: exigiendo respuestas, encontrando la evidencia, y desafiando a las personas involucradas en el encubrimiento. Esto tendría como resultado la pérdida de uno de sus padres, pero al hacerlo, descubriría quien es.
Esto también tendría como resultado el descubrir toda una nueva comunidad.
El término “intersexual”, incluye muchas diferentes variaciones físicas en las cuales los genitales, cromosomas, hormonas sexuales, u órganos reproductivos de las personas, difieren de lo que típicamente es considerado masculino o femenino. Por ejemplo, alguien que tiene una apariencia externa completamente masculina, puede tener un útero o cromosomas típicamente femeninos (XX).
[Definición de intersexualidad]

El saber esto, era solo el comienzo para Irene: También se daría cuenta de lo equivocada que estaba al pensar que nadie la entendería. Se daría cuenta que, de hecho, existen muchísimas personas alrededor del mundo – en Gran Bretaña, EUA, Rusia, Asia, y Sudamérica – que también fueron engañadas, sometidas a cirugías infantiles sin su consentimiento y sin ninguna necesidad médica. Tales cirugías pueden requerir múltiples cirugías posteriores, pueden causar daño de por vida, y pueden asignar al bebé el sexo equivocado, y, por lo tanto, hacer que más tarde la persona tenga que transicionar al otro sexo.
Quienes son operados, incluyen a innumerables niños y niñas cuyos padres y doctores les dijeron que tenían cáncer, en lugar de decirles la verdad – y a adultos que descubrieron por accidente que, décadas antes, se habían tomado decisiones sin su consentimiento. Otras personas nunca lo descubren.
Dependiendo de cuales variaciones sean incluidas, se estima que entre el 1% y el 2% de las personas están dentro del espectro intersexual, pero existen pocas cifras disponibles acerca del número de personas tratadas por los doctores. Cuando BuzzFeed se acercó al Servicio de Salud Nacional en Inglaterra, este admitió que no sabe cuantos niños y niñas intersexuales están siendo sometidos a cirugía.
Durante los últimos tres años, Irene a estado intentando recuperar el tiempo perdido, y ha tratado de ayudar a otras personas como ella. Su historia no solo revela los extraordinarios horrores que ha tenido que soportar, sino que también expone una de las violaciones de derechos humanos más ignoradas en el mundo: las cirugías realizadas en niños y niñas intersexuales sin otra razón que no sea la de “normalizarles”.
Existen peligros potenciales para Irene al hablar públicamente en Rusia, pero está decidida a seguir adelante. Para ella, dice, no hay opción: Las mentiras, el silencio, y las cirugías, tienen que parar.
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Lo más sorprendente de Irene es su voz. No por su inglés casi perfecto con un ligero acento ruso-estadounidense, sino el contraste entre su tono y sus palabras. Se escucha claramente entusiasmada incluso cuando recuerda los periodos más oscuros, momentos en los que no sabía como continuar. Sonríe mucho, gesticula mucho – una oleada interminable de energía y entusiasmo. Transcurren horas para que finalmente surja la razón de todo esto.
Al nacer no había dudas: La bebé Irene era una niña. Antes de la pubertad, tampoco hubo nada inusual. Su vida fue completamente ordinaria: una familia “típica de clase media” que dividía su tiempo entre Moscú y Lviv, una ciudad en el oeste de Ucrania.

El cuerpo de Irene tenía la apariencia del de cualquier otra niña. Era inteligente y le gustaba vestirse como “tomboy”; la mayoría de las veces se identificaba con los personajes masculinos de libros y películas. Pero entonces, a los 12 años, sus compañeras de clase comenzaron a desarrollar pechos y comenzaron con su menstruación. Irene no.
“No te preocupes”, le dijeron su madre y su abuela. “Ya sucederá”. Su optimismo resultó infundado.
“Estaba asustada porque no tenía pechos”, dijo. “Me sentía acomplejada”. Para los 13 y 14 años, cuando todavía no había desarrollado nada, aún no llegaba su periodo menstrual y, dándose cuenta qué le crecía vello en su labio superior, Irene pidió ayuda. Convenció a su abuela en Ucrania para que la llevara al médico especialista local.
El ginecólogo recomendó a Irene una ecografía, para ver que estaba sucediendo internamente. Cuando llegaron los resultados, había motivos para sentir esperanza. De acuerdo con el doctor, aunque lo que estaba dentro de Irene no parecían ser ovarios y no funcionaban como tales, podían ser estimulados para que comenzaran a trabajar. El doctor no explicó a Irene cual era el problema, tampoco ofreció un diagnóstico.
En su lugar, dijo Irene, “me enviaron a estas sesiones donde me recostaba, me colocaban electrodos en el abdomen para calentarlo, y encima me colocaban un tipo de almohada pesada. Permanecía recostada por 40 minutos. Fui a estas sesiones durante varios meses”. No tuvieron ningún efecto.
Irene ahora piensa que el ginecólogo ucraniano simplemente no tenía conocimiento de las variaciones intersexuales, y no tenía idea de lo que estaba dentro de ella. La palabra intersexual, o cualquier variación de esta (“hermafrodita” alguna vez fue utilizada comúnmente), nunca se le mencionó. A los 15 años, sin haber atravesado la pubertad femenina y sin respuesta al tratamiento, Irene fue referida a especialistas en Moscú. Su padre tomó un vuelo para poder llevarla con los nuevos doctores.

“Realizaron todas las pruebas”, dijo. “Y nunca me informaron ningún resultado”. Siguieron una serie de citas médicas, pero siempre la dejaban afuera en el pasillo. Su padre siempre estaba ahí con ella en el hospital, porque él sabía conducir y su madre no. “Lo invitaban a pasar al consultorio”, dijo – pero a Irene no. “Nunca vi mi expediente médico; ni siquiera me informaron un diagnóstico”.
En ese entonces, esta situación no le preocupaba, porque, dice ella, ¿por qué lo haría? Confiaba en los adultos, quienes estaban encargados de su cuidado. ¿Por qué le ocultarían algo?
En la legislación rusa, los niños y niñas menores de 15 años no necesitan ser consultados en lo que respecta a su atención médica, pero desde los 15 años, los doctores necesitan obtener su consentimiento por todo. En una ocasión, Irene recuerda que el doctor llamó a su padre al consultorio, fue una larga consulta – una vez más ella tuvo que esperar afuera. Después, aunque su padre le explicó que la iban a someter a una cirugía, ella dijo que la explicación que le proporcionó fue que había algo mal en sus ovarios, y que podían ser cancerosos.
Además de la cirugía, Irene dijo que su padre le comentó que los doctores le darían hormonas. El resultado de esto parecía esperanzador: a la edad de 15 años, finalmente comenzaría a desarrollarse como las otras niñas.
“No estaba asustada”, dijo, lo que pensaba en ese momento era: Haz lo que quieras conmigo, solo dame las hormonas para que finalmente me crezcan los pechos.

Pero no entendía que era lo que estaba mal con ella, ni lo que estaban a punto de hacerle. Sin una explicación clara, asumió que el problema con sus ovarios probablemente era algo como el síndrome de ovario poliquístico – una condición común que puede desencadenar diferencias hormonales y afectar la fertilidad. Las otras niñas en su escuela le preguntaban que tipo de cirugía le iban a realizar, “y yo no podía explicarles correctamente porque yo misma no lo sabía”, dijo, “así que mentí y dije que tenía un quiste en mi ovario”.
Irene también pensó que en la cirugía solo le extirparían parte de sus ovarios – la parte que no funcionaba bien.
Su falta de pechos se había convertido en una preocupación casi constante, dijo. “Cuando vez que a las otras niñas les crecen pechos, y tú eres la única que no tiene… Yo siempre los vi como una señal de estar creciendo y de ser una ‘mujer real’, lo que se que es tonto, pero así es como pensaba”. Rara vez asistía a las clases de deportes en la escuela, para evitar estar en el lugar donde más critican las adolescentes: los vestuarios.
Sin embargo, ahora los doctores iban a ‘corregirla’. Tendría que faltar varias semanas a la escuela y viajar a Moscú, pero valdría la pena.
Incluso lo que sucedió antes de la cirugía fue razonable, aunque molesto para la adolescente. El personal del hospital le avisó a Irene solo unos pocos minutos antes que la cirugía estaba por comenzar, así que no le dio tiempo de desanudar las numerosas pulseras de amistad que había hecho. Tuvo que cortarlas.
Pronto fue llevada a la sala de operaciones. Cuando despertó, sus manos y piernas estaban atadas a la cama. “Aún estaba bajo la influencia de la anestesia, no podía moverme, y estaba desnuda. Fue aterrador”, dijo.

Puede ser que haya habido una razón médica importante para esto – tal vez, se pregunta, era para impedir que se lastimara y tocara la cicatriz – pero ella no lo sabe, porque nada de esto le fue explicado. Permaneció en el hospital recuperándose durante otra semana, y en Moscú por otras pocas semanas, hasta que estuvo lista para regresar a la escuela en Ucrania.
La diferencia inmediata que notó después de la cirugía fue que, al inicio, sus sentimientos sexuales se desvanecieron. “No pensé mucho en eso, solo lo tomé como algo que sucedió”, dijo. Después de todo, hasta donde sabía la adolescente, los ovarios disfuncionales estaban afectando sus hormonas, con niveles de testosterona altos y sin estrógeno, así, habiendo terminado la cirugía y con las pastillas de reemplazo hormonal que le prescribieron, no había nada por qué preocuparse.
De hecho, dijo, “estaba muy emocionada – pensaba: finalmente voy a tener pechos, finalmente todo será genial”.
Pero nada de lo que había esperado se materializó. Irene permaneció con el pecho plano. Y así, a medida que pasaba otro año, comenzó a pensar que algo estaba muy mal con ella, pudiera ser que algo único o excepcional. Debe ser, razonó: estas medicinas, esta cirugía, deberían funcionar, pero no. Sintió algo de esperanza a los 17 años, cuando comenzó a menstruar, pero aún no había señal de pechos.
Sus preocupaciones se extendieron, infectando su punto de vista de sí misma, deshaciendo su relación con su cuerpo y el mundo a su alrededor. Comenzó a sentir ansiedad social. “Pensé profundamente: Soy horrible y desagradable y vergonzosa. Me sentía como un tipo de monstruo”.
Veía películas de terror y no se identificaba con los protagonistas, sino con los monstruos.
“Me estaba hundiendo cada vez más y más en la depresión”, dijo. “Estaba desarrollando demasiada vergüenza y odio hacia mí misma”. Entonces, tuvo otra respuesta psicológica al estrés y confusión: la desrealización. Esta es una forma de disociación – el término es para una gama de mecanismos para lidiar con el trauma – lo que implica separarse mentalmente para sentir que tu vida y existencia, así como las personas a tu alrededor, son irreales. Algunas veces te sientes como parte de una película, o como si tu vida fuera la de otra persona.
“Mi cerebro simplemente no podía comprender que era lo que sucedía”, dijo. “Y para poder continuar viviendo, mi cerebro simplemente dejó de creer que todo esto [su vida] era real”.
Lo que no podía haber sabido en ese momento, era como, en muchos aspectos, su subconsciente tenía razón: su realidad, construida por quienes la rodeaban, era falsa. Para cuando Irene fue a la universidad, la sensación de alienación de sí misma y de quienes estaban a su alrededor, lo contaminaba todo, desafiándola continuamente.
“Acumulé tanto odio hacia mí misma, que me sentía avergonzada de cada expresión de mí ser”, dijo. “Todo lo que decía, todo lo que hacía, todo lo que pensaba: me avergonzaba”. Irene describió un mecanismo para lidiar con estas situaciones, que utilizaba para tratar de distraerse de la constante aversión que sentía hacia ella misma. “Tenía muchas frases neutrales, como: ‘buen día’, ‘¿cómo estás?’, que repetía en mi cabeza una y otra vez, para así, no escuchar mis propios pensamientos”.

Amistades y familiares intentaron ayudarla. Le dijo a sus padres lo insoportable que le parecía la vida y ellos la apoyaron, al igual que su mejor amiga, pero nadie la entendía. Irene solo se siente agradecida de nunca haber sido víctima del bullying. “No creo que hubiera podido mantenerme con vida”, dijo. Pero la diferencia entre ella y otras mujeres en la edad adulta ahora era muy marcada.
Durante el verano de 2015, cuando Irene tenía 22 años y justo después de terminar la universidad, hubo una noche en la que se encontraba recostada en la cama, incapaz de conciliar el sueño, aburrida y viendo videos en YouTube para pasar el tiempo, al actualizar la página, apareció el video sobre intersexualidad.
“Pensé: ok, supongo que lo veré”. Una de las primeras personas que aparecen en el video es una mujer intersexual llamada Emily. “Ella dice que tiene testículos. Fue absolutamente alucinante”.
Uno de los otros hechos que comunica el video, es que las personas pueden tener la apariencia de un sexo, pero cromosomas asociados con otro: Una mujer puede tener cromosomas XY, en lugar de cromosomas XX.
Algo le hizo sentido a Irene, como si toda la incertidumbre, las sospechas y las omisiones chocaran de repente, señalando en una dirección.
Tan pronto como el video finalizó, Irene se levantó de la cama. “Corrí con mi mamá, porque ella tampoco estaba durmiendo, y le comenté acerca del video. ‘Oh dios mío, ¿te imaginas?, existe una palabra para esas personas; ¿qué tal si hay algo diferente acerca de mí? Tenemos que averiguarlo’”.
Poco después, Irene tenía que someterse a una revisión médica general, así que decidió llamar a su doctora y comenzar a hacerle preguntas. “¿Qué cirugía me realizaron? ¿Qué es lo que tengo? ¿Cuáles son mis cromosomas? ¿Tengo testículos?”
La doctora sabía algunas de las respuestas sin siquiera tener que ver al expediente. Pero antes de que comenzara a responder, Irene puso a la doctora en el altavoz para que su madre, que estaba a su lado, también pudiera escuchar.
“Mi doctora dijo que no estaba realmente segura de lo que tenía, pero sí, me habían realizado una gonadectomía”.
La operación realizada en Irene a la edad de 15 años, de la cual solo se le dijo que era para extirpar parte de sus ovarios, fue en realidad para extirpar completamente las gónadas, que generalmente se encuentran en las mujeres en la forma de ovarios y en los hombres como testículos.
Excepto que ella no tenía ovarios. Después de hablar con la doctora, Irene pidió su expediente médico completo. Lo que este reveló, lo cambió todo.
Había un testículo en el lado derecho y en el lado izquierdo una “gónada rayada, que es como una pieza de carne que no se desarrolló en testículo ni ovario. Pero también tenía un poco de tejido ovárico. Así que tenía tanto tejido testicular como ovárico”.
El expediente médico decía algo más: La operación también involucró que le extirparan su trompa de Falopio. Solo tenía una. “Al menos dejaron mi útero”, dijo Irene. Esto significa que ella aún puede tener hijos, mediante fertilización in vitro y con el óvulo de un donante.
Pero hubo otro descubrimiento: tenía cromosomas XY (típicamente masculinos).

“De hecho, recordé que cuando hice la prueba cromosómica, fue cuando aún estaba en Ucrania [cuando era adolescente], pero nadie me dio los resultados”, dijo. “Y nunca pedí nada porque nunca pensé que alguien mantendría las cosas en secreto”.
Toda la información ahora disponible para ella después de años de silencio fue abrumadora. “Estaba muy conmocionada”, dijo, “porque pensé: ¿Cómo es que no sabía acerca de esto? ¿Porqué nadie se molestó en decírmelo?”
La noticia acerca de ser intersexual, particularmente no le preocupó. “Nunca me sentí mal por ello; pensé: ¡Wow! ¡Existe una explicación! Se sentía muy bien encontrar la verdad y descubrir que no estoy sola”.
Pero descubrir la verdad tenía ramificaciones más complicadas de las que inicialmente podía procesar. El alivio de finalmente conocer el diagnóstico y lo que le habían hecho, pronto se convirtió en una sensación de horror, como permitieron que esto sucediera – y quienes sabían.
“Pregunté a mi padre: ‘¿Cómo pudiste ocultarme esto?’ Y al principio me dijo: ‘Oh, pensé que siempre habías sabido todo’. Pero no lo sabía, y mi madre no lo sabía, y para ella fue una gran conmoción”. Para ese entonces, los padres de Irene se habían separado. “Al principio ella no podía hablar conmigo acerca de eso; fue horrible para ella”.
Unos pocos meses después de la primera confrontación con su padre, Irene le preguntó nuevamente: “¿Porqué no me lo dijiste?” Esta vez, dijo, él respondió de manera diferente y admitió haberle mantenido esto como un secreto a propósito. “Le dije: ‘¿Entiendes que destruiste mi vida?’”
Irene dice que él fue incapaz de disculparse, y que en su lugar dijo que dos psicólogos infantiles le habían aconsejado que no le dijera nada. Según ha descubierto, esto es un consejo común en Rusia y en otros países. Pero su padre le dijo algo más: que había tirado su expediente médico para que ella nunca supiera la verdad, y así no lo culpara por ello.
Pero ella sí lo culpó. Y continúa intentando preguntarle acerca de eso, demandando respuestas. “Dejó de responder mis mensajes”, dijo. “Y después de eso, lo saqué de mi vida”.

Suena indiferente en este momento, firme, como si quisiera prevenir que volviera a surgir el sufrimiento. “No he hablado con él desde ese entonces, y él no intenta contactarme. No lo extraño”, dijo. “No me arrepiento en absoluto”.
Para Irene, saber que su padre estaba consciente de cuan deprimida estaba durante su adolescencia y aun así le ocultó los hechos que podrían haberla liberado, fue una traición imperdonable. El saber que lo que él hizo es bastante común, no hizo nada para aminorar el daño causado.
“Después de que tuvimos esa conversación, durante varios días no supe como seguir viviendo”, dijo. “No podía comprender como mi vida hubiera sido 100% diferente si una persona me hubiera dicho la verdad”.
“Estaba muy triste por esa pequeña adolescente que fui, que tuvo que atravesar por todos esos años de no saber nada, que pude haber sabido desde la edad de 15 años que no estoy sola, que soy normal, que existe un nombre para las personas como yo, y toda una comunidad”.
Ella sabe que todo hubiera sido diferente, porque desde que lo descubrió su vida ha florecido, transformándose de manera irreconocible desde entonces. La vida para Irene ahora esta, dice, dividida en dos: antes de saberlo y después.
“Descubrir que soy intersexual fue como encontrar un cofre del tesoro o ganar la lotería”, dijo. “Hubo un poco de conmoción al principio, en especial acerca de los cromosomas, pero en su mayoría ha sido euforia total, e inmediatamente comencé a mejorar en la manera en la que me siento acerca de mí misma”.
Le dijo a sus amistades, que la apoyaron. Comenzó a investigar mucho qué significaba ser intersexual, tanto médicamente como socialmente, esa información estaba disponible en línea en ruso y en inglés, y comenzó a buscar a otras personas intersexuales.
“Vi que casi no había recursos en idioma ruso”, dijo. “Literalmente había un par de activistas, unas pocas entrevistas, un pequeño foro, y eso era todo. Así que pensé: esto necesita cambiar”. Comenzó a recopilar todo en un solo lugar – videos, artículos, noticias – en una página en VK.com, una plataforma rusa de redes sociales.
Mediante las redes sociales, comenzó a contactar con otras personas intersexuales y unos pocos meses después, por primera vez, conoció a otra mujer intersexual en persona. Fue otro momento decisivo. “Nunca pensé que alguien pudiera siquiera remotamente saber cómo se siente ser intersexual”, dijo.

Desde entonces, Irene comenzó a asistir a eventos y convenciones intersex alrededor del mundo, en Irlanda del Norte y más recientemente en Argentina.
Y en 2016, finalmente conoció a una de las personas que cambiaron su vida: Emily Quinn, que fue la mujer que apareció en el video sobre intersexualidad. Fue en Budapest, en una conferencia intersex. “Simplemente le grité: ‘¡Oh dios mío, tú estás en ese video de BuzzFeed! ¡Estoy tan feliz de conocerte!’ Fue alucinante”.
Entonces cofundó Intersex Russia, uno de los grupos de activismo intersexual en el país. Su misión es clara. “En el futuro, quiero salvar a los niños y niñas intersexuales, para que no tengan que pasar por lo que yo pasé”, dijo. “Nadie merece que le oculten secretos. Quiero cambiar las cosas y salvarles”. Irene también se convirtió en secretaria de OII Europe, un organismo paneuropeo de organizaciones intersexuales nacionales, y miembro de InterACT Youth – en el video de BuzzFeed aparecieron cuatro miembros de esta organización.
Entre más personas intersexuales conoce, más aprende acerca de las experiencias de esta comunidad.
“Muchas personas intersexuales experimentan secretos, mentiras, medicalización de sus cuerpos, violaciones de derechos humanos, cirugías innecesarias, e intervenciones médicas”, dijo.

Esto ocurre a pesar de que la Organización Mundial de la Salud, la Convención contra la Tortura de las Naciones Unidas, y varias otras organizaciones de derechos humanos condenaran las cirugías innecesarias en niños y niñas intersexuales. Un creciente número de jurisdicciones también han tomado medidas para reconocer que esto es una violación a los derechos humanos, o lo han prohibido: Malta, Uruguay, Portugal y California [EUA].
En algunas partes del este de África, las madres de bebés intersexuales pueden ser acusadas de brujería. En Sudamérica, bebés intersexuales algunas veces son abandonados o asesinados*. Y en Rusia, todavía hay una inmensa tarea por delante.
[*Cabe destacar que en Brújula Intersexual desconocemos si esto está sucediendo, hasta ahora no sabemos de casos de asesinatos de bebés intersexuales en Sudamérica. Sin embargo, en algunos países africanos, si se conocen casos de asesinatos.]
“Casi no hay concientización”, dijo – los doctores y el gobierno no reconocen las cirugías no consensuales e innecesarias como una violación de derechos humanos, en su lugar, piensan que están ayudando a hacer que los bebés se ajusten [a las normas para los cuerpos típicamente masculinos o femeninos]”.
“Muchos doctores hablan abiertamente en los medios de comunicación acerca de las cirugías”, dijo Irene. “El año pasado un cirujano italiano vino a Rusia y realizó una cirugía de demostración en una niña intersexual de 3 años, esta cirugía fue transmitida en una gran pantalla en una conferencia, con 50 personas observando y grabando video con sus teléfonos celulares. Tengo una foto de ellos mientras grababan video de la cirugía”.
Pero, dijo, ahora existe una creciente comunidad de personas intersexuales, en Rusia y alrededor del mundo, apoyándose unos a otros mientras tratan de informar a los políticos, doctores y al público en general acerca de lo que se les hace.
Hay motivos para sentir esperanza. El gobierno británico se ha involucrado en una misión de investigación, pidiendo que activistas y expertos expresen los problemas que urgentemente necesitan un cambio: las transgresiones legales, sociales y médicas que han sido ignoradas.
Para Irene, la vida no es perfecta. Algunas veces aún se ve afectada por la vergüenza y la desrealización, y reaparece la sombra de su vida anterior. Pero esto está disminuyendo. “Cuando tengo flashbacks de mi viejo odio a mí misma, pienso: wow, ¿solía sentirme así? Ahora es diferente”.
Se detiene por un momento y repentinamente se ve más joven, como si se hundiera momentáneamente en la niña que era mantenida en la oscuridad. “Nunca hubiera imaginado sentirme tan segura como ahora”, dijo mirando alrededor de su habitación, el lugar en el que se descubrió a sí misma. “Nunca hubiera imaginado hablar con tanta gente, ser abierta acerca de mi historia. Ahora, incluso en los momentos en que me siento más decaída, los peores días aún son mejores que cualquiera de los días que tuve en mi vida pasada”. Con esto, la razón de su actitud alegre de hace clara: Recordar el pasado no es nada si lo comparamos con haberlo vivido.
Ella frunce el ceño, casi entrecerrando los ojos, todavía intentando comprender cuan simplemente todo cambió.
“Todo lo que se necesitaba era saber la verdad”.
