Activistas intersexuales denuncian las cirugías infantiles. Por Grace Perry (Washington Blade)

Activistas intersexuales denuncian las cirugías infantiles

Por Grace Perry (Washington Blade)

Traducción: Laura Inter del artículo “Intersex activists denounce infant surgeries” de Grace Perry (Washington Blade)

Fuente: https://www.washingtonblade.com/2019/01/01/intersex-activists-denounce-infant-surgeries/

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Sean Saifa Wall, dice que los doctores le dijeron a su madre que sus testículos eran cancerosos para justificar el extirparlos. (Fotografía cortesía de Wall)

Sean Saifa Wall pasó más de dos décadas en el cuerpo equivocado, hasta que decidió vivir la vida que siempre había querido: la de un hombre.

Wall, un reconocido activista negro intersexual, fue asignado mujer al nacer debido a su falo “atípicamente” pequeño, pero tenía testículos no descendidos. Era una de ocho personas en su familia que nacieron con síndrome de insensibilidad a los andrógenos parcial: una variación intersexual donde la persona nace con cromosomas XY, pero es insensible a las hormonas típicamente masculinas (andrógenos). Por lo tanto, estas personas tienen la composición genética de un hombre típico, pero algunas o todas las características de una mujer típica.

El término “intersexual”, más ampliamente identifica a cualquier persona que nace con una de las variaciones en las características sexuales (incluyendo en los cromosomas, gónadas, hormonas sexuales o genitales) que no se ajustan a las rígidas definiciones de “masculino” o “femenino”. Las variaciones intersexuales no son poco comunes, y ocurren en alrededor del 1.7 por ciento de la población – aproximadamente el mismo porcentaje de personas que nacen pelirrojas. Alrededor de uno de cada 1,500 a 2,000 niños y niñas tienen diferencias visibles al nacer, poniéndoles en riesgo de sufrir intervenciones quirúrgicas cosméticas tempranas.

Los niños y niñas intersexuales como Wall, que nacen con genitales que un doctor considera que están fuera de la apariencia típicamente masculina o femenina, frecuentemente son sometidos a cirugías médicamente innecesarias para “normalizar” sus genitales, como son las cirugías que reducen clítoris considerados “anormalmente” grandes.

Por lo tanto, la comunidad intersexual continúa oponiéndose a estas cirugías, argumentando que violan el derecho básico e inherente del niño o niña a la autonomía corporal; así, los activistas abogan por que cualquiera de esas cirugías sea pospuesta hasta que el niño o niña pueda tomar una decisión y proporcionar su consentimiento por sí mismo.

Aunque Wall no sufrió cirugía cuando era niño, sí fue sometido a una operación en la adolescencia, sin el consentimiento informado de él ni el de su madre. Cuando estaba en la universidad, obtuvo su expediente médico y finalmente descubrió la verdad acerca de su pasado e identidad.

Cuando Wall tenía 13 años, los doctores extirparon sus testículos sanos no descendidos en el Hospital Presbiteriano de Nueva York. Para Wall, las consecuencias fueron devastadoras, tanto física como mentalmente.

“Mis testículos sanos fueron extirpados a la edad de 13 años sin mi consentimiento plenamente informado”, dijo Wall. “En ese momento realmente tenía problemas, pensaba que era un monstruo … ¿Qué demonios haría con mi cuerpo?”

Aunque la madre de Wall dio su consentimiento a la operación, lo hizo basándose en información falsa, una situación común que se puede ver en muchas historias de padres de niños y niñas intersexuales. En el caso de Wall, los doctores mintieron y dijeron a su madre que sus testículos eran cancerosos, con la esperanza de alentarla para que consintiera la cirugía.

Funcionó.

“Mi mamá escuchó cáncer, y pensó: ‘De ninguna manera. Mi hijo no va a morir de cáncer”, dijo Wall.

Además de extirpar los testículos de Wall, los doctores también querían realizar cirugía genital para crear una vagina, pero su madre dijo no. Esta no fue la primera vez que tuvo que defender la integridad corporal de su hijo. Wall dijo que su madre recibió incontables llamadas telefónicas del doctor después de traerlo a casa desde el hospital cuando nació, en las que la alentaba a consentir las cirugías genitales reconstructivas para “normalizar” el cuerpo de su bebé.

Wall está profundamente agradecido con su madre por defenderlo, y se siente “muy complacido” de que no se llevaran a cabo esas cirugías, pero muchos otros niños y niñas intersexuales son incapaces de escapar a la “reconstrucción” genital temprana. Jonathan Leggette, activista intersexual del estado de Washington, es uno de esos individuos.

En un testimonio para apoyar la resolución de California destinada a celebrar a las personas intersexuales, Leggette escribió: “A los 6 años, los doctores me operaron sin explicarme nada, cuando desperté tenía vendajes en el área genital y un dolor que nunca olvidaré. Nunca tuve la oportunidad de que me dijeran la verdad, de que me dieran la oportunidad de decidir por mí mismo como me sentía sobre mi cuerpo. Los cirujanos se apropiaron de mi cuerpo antes de que tuviera la oportunidad de reclamarlo”.

Leggette enfatiza la importancia de que los doctores tengan conversaciones honestas y transparentes con los padres, en especial dada la continua presencia de coerción y desinformación sistemática en estos intercambios. Argumenta que los doctores necesitan “cambiar el lenguaje” que actualmente utilizan cuando hablan con los padres acerca de la variación intersexual de su hijo o hija.

La Dra. Ellen Feder, profesora en filosofía y autora del libro “Making Sense of Intersex”, menciona la importancia de estas conversaciones y explica con más detalle la desafiante posición en la que los doctores continúan poniendo a los padres.

“La manera en que se les presentan las opciones a los padres es: ‘Esto es lo que sucede con su hijo o hija, esto es lo que sabemos acerca de la condición, esto es todo lo que podemos hacer, este es el apoyo que podemos ofrecerles, o podemos no hacer nada’”, dijo Feder. “No existe una opción para la mayoría de los padres. La mayoría de los padres verían el no hacer nada, como no ayudar a su hijo o hija”.

De esta manera, “no hacer nada” no es presentado como una verdadera alternativa a la cirugía, sino como una opción negligente e irresponsable. Sin embargo, tales cirugías a menudo tienen consecuencias inesperadas tanto físicas como mentales.

Un estudio de 2016 realizado en Australia, encontró que el 83 por ciento de las personas intersexuales entrevistadas, informaron al menos una consecuencia negativa (física o mental) de la cirugía “correctiva”, y 63 por ciento informaron solo consecuencias negativas. El estudio también encontró que las personas intersexuales estaban desproporcionalmente afectadas por enfermedades mentales, el 18 por ciento de quienes respondieron informaron al menos un intento de suicidio durante su vida. Con respecto a las complicaciones físicas, las operaciones “correctivas” pueden causar infertilidad, pérdida de sensibilidad sexual y cicatrices dolorosas. Otras personas intersexuales como Wall son forzadas a tomar tratamientos artificiales de reemplazo hormonal por el resto de sus vidas, porque su producción hormonal natural fue interrumpida.

Estas cirugías también causan que las personas intersexuales sientan que sus cuerpos en su forma natural de alguna manera están mal – que, en palabras de Wall: “hay algo en ellos que necesita ser corregido”. Este dañino sentimiento, frecuentemente es interiorizado por las personas intersexuales, que aprenden a sentir desagrado y vergüenza de sus cuerpos.

Muchas respetadas organizaciones tales como las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud y Amnistía Internacional, se han pronunciado contra estas cirugías “correctivas”, instando a posponer cualquier operación hasta que la persona tenga edad para consentir.

Así que, ¿por qué continúan realizándose estas cirugías a pesar de la denuncia pública?

Debido a su experiencia como activista junto con la de otras personas intersexuales, y su experiencia personal al reunirse con el doctor que lo operó cuando apenas era un adolescente, Wall tiene algunas ideas.

En 2015, Wall confrontó al doctor que extirpó sus testículos hace dos décadas, el Dr. Terry Hensle, como parte del programa de televisión en ABC News Nightline special. El Dr. Hensle le dijo a Saifa que “no se arrepentía” de las operaciones que le había realizado, porque el “hizo lo mejor que pudo basándose en lo que sabía”. Wall dijo: “Sabía que él no me daría lo que yo estaba buscando” al ir a entrevistarlo, sin embargo, quería la oportunidad de compartir él su experiencia personal y opinión.

“Le dije, ‘¿puedes reflexionar que le dijiste a una niña de 13 años que le crearías una cavidad dentro de ella y que reducirías su clítoris – puedes imaginar lo brutal que se escuchaba eso?’”, dijo Wall. “Y él no respondió …estaba muy orgulloso como para admitir que (mi cirugía) estaba jodida. Fue muy narcisista …fue muy poderoso que el video lo capturara en vivo en toda su estupidez”.

Un informe de Human Rights Watch de 2017 sobre la comunidad intersexual, encontró que el mayor prejuicio que existe hacia los niños y niñas intersexuales está en los cirujanos y en los proveedores médicos, más que en los padres, aunque toda la culpa no es de la institución médica. Más bien, de acuerdo con Hans Lindahl, una activista intersexual de California, solo un pequeño subgrupo de urólogos y médicos, continúan promoviendo tales operaciones, ya que se benefician tanto “económicamente” como de “ser la autoridad y mantener su status quo”.

Lindahl trabaja para disipar la idea equivocada de que la comunidad intersexual y la comunidad médica están intrínsecamente en desacuerdo una con la otra.

“No estamos en contra de la medicina, estamos a favor del consentimiento”, dijo Lindahl, reiterando su apoyo a que se realicen todas las intervenciones médicamente necesarias como la construcción de una uretra, y las intervenciones cuando el niño o niña tenga edad suficiente para proporcionar su consentimiento.

Haciendo eco a lo que dice Lindahl, Wall dijo que estas cirugías son completamente cosméticas, en lugar de realizarse por razones médicas.

“¿Por qué estos niños y niñas necesitan genitales de estrellas porno? ¿Por qué una pequeña niña necesita tener una vagina desarrollada?”, dijo Wall.

Los activistas sostienen que las personas intersexuales necesitan ser los sujetos, en lugar de los objetos, de estas conversaciones; necesitan ser reconocidos como personas que merecen ser celebradas, escuchadas y de las que se puede aprender.

“Las personas intersexuales… en realidad nos enseñan que complejos y hermosos son nuestros cuerpos, y como la naturaleza es tan asombrosa”, dijo Wall.

Cuando nace un bebé intersexual, en palabras de Feder: “Necesitamos ser valientes y no hacer nada”.

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