Ser Intersexual – Más que un Diagnóstico
Por Catherine Graffam (artista visual y escritora)
Traducción de Laura Inter del artículo “Being Intersex — More Than a Diagnosis” de Catherine Graffam
Fuente: http://www.huffingtonpost.com/catherine-graffam/being-intersexmore-than-a_b_10264652.html

Advertencia: contiene lenguaje relacionado a los genitales, cirugía coercitiva, depresión, daño a uno mismo y suicidio
Identificarse como intersexual es un proceso radical. Para muchxs de nosotrxs, existe un momento “¡ajá!”, cuando descubrimos el término por primera vez. Usualmente, este momento consiste en conectar tu cuerpo con una identidad. Esto me cambió completamente; sentí que tenía una representación de mi cuerpo por primera vez en mi vida.
Recuerdo que era de noche, ya era muy tarde, estaba sentada en el piso de mi primer departamento, y en secreto busqué la “deformidad” que había mantenido oculta durante toda mi vida. Me sentía sola en mis experiencias, y casi nunca hablaba con nadie sobre lo que había tenido que pasar. No hace falta decir, que aún tenía muchas cicatrices emocionales debido a mi traumática historia médica.
Un click me llevó a otro, y encontré el blog “The Intersex Roadshow” de Cary Costello. La publicación que leí señalaba las formas en que la sociedad esconde la identidad intersexual de las personas que nacen con rasgos intersexuales y son asignadas como hombres al nacer y, en lugar de etiquetar estos cuerpos como “deformados” o simplemente “inadecuados, decía que estaban en algún lugar del espectro del sexo. Me costó trabajo terminar [de leer la publicación], ya que eran ideas que sacudían los cimientos de mi propia identidad. Comencé rápidamente a buscar a través de mis experiencias, y de las formas en las que pensaba acerca de mí misma.
Con la mirada perdida en la pantalla de mi laptop, me di cuenta… ¡diablos!, está hablando acerca de mí. Me preguntaba: “¿Cómo es que no sabía acerca de esto?”
En los siguientes días, devoré toda la información que pude sobre todo lo relacionado a la intersexualidad, para compensar los años que hacía pasado en la oscuridad. Una vez que comencé a identificarme como intersexual, fui capaz de comenzar con el proceso de sanación. Ya no me culpaba a mí misma por ser como soy, debido a que entendí que no había nada malo con conmigo. En su lugar, estaba furiosa con las personas, que casi con éxito, trataron de borrar mis diferencias con un escalpelo, y nunca me informaron de alternativas después de someterme a múltiples cirugías.
Al crecer, creía que debía tener un cuerpo “normal” o nunca sería amada- Aprendí, desde una edad muy temprana, a alejarme de cualquiera que se me acercara demasiado, temiendo que descubriera la horrible abominación que realmente era. Mis temores fueron confirmados a los 12 años de edad, cuando el primer amigo al que le conté sobre mí se burló en mi cara, me llamó un monstruo, y se sintió obligado a esparcir el chisme por toda la escuela. Los años de tortura emocional que sufrí debido al estigma hacia los cuerpos intersexuales, se pudieron haber hecho más llevaderos si alguien simplemente hubiera hablado conmigo y me hubiera ofrecido apoyo, o, básicamente, hubiera hecho algo. Incluso mi familia, vio como fui hundiéndome en una profunda y suicida depresión, debido a que se sentían demasiado avergonzados como para hablarme acerca de esto.
Cuando se le da un “diagnóstico” a una persona intersexual, generalmente se nos deja con más preguntas que respuestas. Desde la abolición del uso del término “intersexual” en el contexto médico, se ha vuelto más difícil eliminar el estigma de los rasgos intersexuales. El nuevo término paraguas: “Trastornos / Desórdenes del Desarrollo Sexual” o DSD (por sus siglas en inglés), hace más fácil la patologización, y el tratarnos como un trastorno, generalmente conlleva el considerar que debemos ser corregidos. Esto hace que, las oficinas de los doctores, estén muuuy lejos del acceso a una identidad poderosa y a una comunidad.
El autoritarismo de los profesionales médicos con sus batas blancas, también juega un papel en la eliminación del aspecto de ‘identidad’ al ser intersexual, y creo que esto es parte de una estrategia para mantener vulnerables a las personas intersexuales, y a sus familias. El tipo de vulnerabilidad que me apartó de los brazos de mi madre, y me llevó a los guantes del cirujano; el tipo de vulnerabilidad que hizo que mis genitales quedaran llenos de cicatrices; el tipo de vulnerabilidad que me llevó a intentar suicidarme y a dañarme a mí misma; el tipo de vulnerabilidad que nuevamente me colocó en la mesa de operaciones.
Los cirujanos no pueden ganar dinero si no hay nadie a quien operar, y las compañías farmacéuticas no pueden obtener ganancias de personas que saben que no necesitan una terapia hormonal. Tampoco sirvió de nada que estos médicos hayan estado bajo el escrutinio del Relator Especial de la ONU sobre la Tortura, y que hayan sido vistos como poco éticos e inhumanos.
Esto es por lo que creo firmemente en que las personas intersexuales, deben determinar la forma en la que definimos nuestros cuerpos, no los profesionales médicos, con sus propios intereses en mente. Nosotrxs conocemos mejor nuestros cuerpos. Nosotrxs sabemos que no estamos rotos, somos hermosxs.
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