Declaración conjunta a la Congregación para la Educación Católica.
Ver declaración original en inglés
Traducción al español: Hana Aoi
DECLARACIÓN CONJUNTA SOBRE “Varón y mujer los creó” para una vía de diálogo sobre la cuestión del gender en la educación, por la Congregación para la Educación Católica.
Nosotr*s, las redes dirigidas por personas intersex y aliad*s, organizaciones y activistas, expresamos nuestra grave preocupación concerniente a la postura adoptada por la Congregación para la Educación Católica con respecto a las personas nacidas con variaciones de las características sexuales. El documento considera nuestra existencia como válida solo cuando permanece innombrada, siendo patologizad*s como sujet*s de intervenciones médicas forzadas y coercitivas. Esto causará una profunda angustia a muchas personas intersex y a nuestras familias. Rechazamos estas posturas debido a su daño intrínseco a las personas intersex.
Las personas intersex fueron afirmadas por Jesús en Mateo 19:12, y por Agustín en la Ciudad de Dios 16:8. Durante más de un milenio, la ley canónica católica consideró a las personas intersex como válidas y existentes: como «hermafroditas», para ser consideradas en tratados sobre el matrimonio y la ordenación, como femeninos o masculinos, según las características predominantes. [1] A nuestro parecer, el borrado de ese lenguaje en las últimas décadas también ha borrado la memoria institucional. Ese perjudicial borrado se complica en la separación del documento del término moderno, intersex (párrafo 25), de una descripción de nuestros cuerpos (párrafo 24). Es dolorosamente claro que l*s autores de este documento no consideraron, ni mucho menos consultaron, a las muchas personas intersex de todo el mundo que son miembr*s de la fe católica.
Las personas intersex son aquellas que nacen con variaciones de las características sexuales. Estamos profundamente preocupados por la reproducción del lenguaje patologizante para referirse a nuestros cuerpos y la reafirmación de la autoridad médica sobre ellos. En todo el mundo, las personas intersex se enfrentan a graves violaciones de los derechos humanos, incluidas las intervenciones de «normalización», innecesarias desde el punto de vista médico, y el ocultamiento de tales prácticas en los individuos y en la sociedad. Las consecuencias incluyen insensibilidad, esterilización, dolor crónico, osteoporosis y depresión. [2] Estas intervenciones han sido identificadas por organizaciones intersex e instituciones de derechos humanos como equivalentes a tortura y malos tratos en entornos médicos [3]. La ciencia médica no debe utilizarse para «construir una identidad individual» sobre la base de estereotipos de género obsoletos, esto es una fuente de gran daño: debe usarse cuando sea necesario, para afirmar las decisiones personales de los individuos.
La ciencia médica no existe afuera de la sociedad, y no ostenta la experiencia más importante con respecto a las experiencias intersex: las personas intersex, sí. En décadas pasadas, los profesionales médicos han adoptado una relación violenta y médicamente infundada con los cuerpos intersex. La idea de que las intervenciones médicas forzadas y coercitivas son necesarias para construir una identidad saludable nunca ha sido respaldada por evidencia científica.
El sufrimiento de las personas que, según el documento, «tienen que vivir situaciones de indeterminación sexual» (párrafo 24), es creado principalmente por el estigma social, por las intervenciones médicas forzadas y coercitivas, y también por los enfoques de la atención pastoral que nos separan de nuestro propio lenguaje afirmativo, y por lo tanto de nuestr*s pares y comunidad.
Los Principios de Yogyakarta + 10 han definido las características sexuales como «las características físicas de cada persona relacionadas con el sexo, incluidos los genitales y demás anatomía sexual y reproductiva, los cromosomas, las hormonas y las características físicas secundarias que emergen de la pubertad», y establecen que las «características sexuales» deben considerarse un motivo explícito para la protección contra las violaciones de los derechos humanos. [4]
DEMANDAS
Instamos a la Congregación en particular y a la Iglesia Católica en general, a cambiar su posición sobre las variaciones de las características sexuales; defender y promover la autonomía e integridad corporal de las personas intersex.
Llamamos a un diálogo que reconozca nuestra existencia, que afirme nuestro derecho a determinar qué sucede con nuestros cuerpos, nuestro derecho a saber la verdad sobre nuestros tratamientos médicos y que termine con la estigmatización y las violaciones de los derechos humanos.
[1] Decretum Gratiani, C. 4, q. 2 et 3, c. 3; Huguccio, C. 27, q. 1, c.23; Freisen. 1963. Geschichte des kanonischen Eherechts, pp.343-345; ver también legislación civil derivada tal como el Código Prusiano, artículos 19-22.
[2] Ver por ejemplos, Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, 2015, Campaña ONU Libres e Iguales, Ficha de Datos: Intersex. https://www.unfe.org/wp-content/uploads/2017/05/Intersex-Factsheet-Esp.pdf
[3] Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. 2013. ‘Informe del Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes’. A.HRC.22.53.
[4] Principios de Yogyakarta. 2017. Los Principios de Yogyakarta + 10: Principios Adicionales y Obligaciones de los Estados sobre la Aplicación de Legislación Internacional de Derechos Humanos con Relación a la Orientación Sexual, Identidad de Género, Expresión de Género y Características Sexuales para Complementar los Principios de Yogyakarta. http://www.yogyakartaprinciples.org/principles-en/yp10/ [en inglés]