Las cirugías intersexuales perjudican a todos. Por Sean Saifa Wall

Las cirugías intersexuales perjudican a todos

Por Sean Saifa Wall

Traducción: Laura Inter del artículo “Intersex Surgeries Hurt Everyone” de Sean Saifa Wall

Fuente: https://medium.com/@saifa/intersex-surgeries-hurt-everyone-a54ae139ed9c

El 5 de abril de 2019, Intersex Justice Project (IJP) y Voices4 se unieron para protestar juntos contra CARES Foundation y el apoyo que le dan a las cirugías médicamente innecesarias de “normalización” quirúrgica realizadas en bebés, niños y niñas intersexuales, las cuales son profundamente dañinas. Aquí están los participantes: Intersex Justice Project trabaja por un mundo en el cual los niños y niñas intersexuales estén libres de cualquier daño médico, y sean capaces de tomar sus propias decisiones acerca de sus cuerpos, en compañía de sus padres y doctores. Voices4 es un comprometido grupo de personas queer que, a través de acciones directas, luchan por la “libertad y dignidad de las personas LGBTQ de todo el mundo”. Cares Foundation afirma “mejorar las vidas de las personas que tienen HSC (hiperplasia suprarrenal congénita)”, sin embargo, continúan refiriéndose a las características intersexuales como un trastorno o una enfermedad.

Las características intersexuales no son un trastorno ni una enfermedad.

Son una parte normal de la variabilidad humana.

Protestamos ante la gala anual de CARES, la cual tuvo lugar en el 230 de la Quinta Avenida en la ciudad de Nueva York, en la que CARES otorgó un premio por los logros de una investigadora, la Dra. Maria New, que ha intentado borrar médicamente las identidades queer. A pesar del frío y la lluvia, las personas asistieron a apoyar nuestro evento. Coreamos frases. Las personas intersexuales y aliadas compartieron sus historias. Las personas que asistieron a la gala trataron de evitar nuestra protesta a excepción de una mujer. Ella se interpuso en medio de la protesta, a diferencia de otras personas que realizaban preguntas al margen de esta. Claramente tenía mucho invertido en esto. Es la madre de una mujer con HSC que se identifica como lesbiana. Dijo que no sabíamos de lo que estábamos hablando, estaba convencida de que la HSC no es una característica intersexual. Al principio, pensó que yo era un médico, pero luego le compartí que era un paciente con Síndrome de Insensibilidad a los Andrógenos parcial, y que fui sometido a intervenciones médicamente innecesarias cuando era más joven, ella no expresó ningún tipo de compasión y simplemente dijo: “¡Eso no es lo mismo!” En ese momento, me di cuenta que ella había interiorizado toda la retórica que los doctores le habían compartido a lo largo de los años. En cierto modo, esa retórica alivia la vergüenza de haber permitido que eso le sucediera a su hija. Su negación de mi experiencia como paciente, le permite justificar las acciones tanto de los doctores como las propias.

Saifa Pidgeon
@pidgeo_n @saifaemerges – fotografía de: @loveandstrugglephotos

La medicina, al igual que muchas otras instituciones en los Estados Unidos, está anclada en la patología, el patriarcado y la supremacía blanca. Durante muchos años, J. Marion Sims fue anunciado como el “padre de la ginecología moderna”, perfeccionó sus técnicas experimentando en mujeres Negras esclavas de Alabama y en mujeres irlandesas pobres de la ciudad de Nueva York. Los avances en la medicina occidental han estado orientados a tratar enfermedades que alguna vez mataron y dejaron incapacitadas a las personas, enfermedades tales como la polio y la tuberculosis. Si el tratamiento del VIH hubiera estado donde está ahora, una generación entera de personas, como yo, no hubiéramos estado devastados por la pérdida de nuestros seres queridos. A pesar de los logros de la medicina occidental, no estoy de acuerdo con los protocolos que continúan mutilando los cuerpos de bebés, niñas y niños intersexuales para alinear el sexo biológico con el género. Eventualmente, estas personas jóvenes se convierten en adultas que viven con las consecuencias de estas decisiones arbitrarias que tomaron los médicos y padres.

Como lo dice el título, las cirugías intersexuales perjudican a todas las personas involucradas. El impacto más inmediato es en el cuerpo del niño o niña. Existe la suposición, similar a la de la circuncisión masculina, de que estas cirugías se deben de realizar de manera temprana, así la niña o niño “no lo recordará” y de alguna manera el niño o niña será corregido. Esta línea de pensamiento es profundamente preocupante, porque los niños y niñas intersexuales no son problemas que tengan que ser corregidos, similares al hecho de que la “violación correctiva” no cura la homosexualidad. Esto solo refuerza el dominio y la opresión sobre los cuerpos de las personas más vulnerables en nuestra sociedad. Además, el trauma siempre deja profundas huellas en nuestros cuerpos, sin importar cuanto tratemos de enterrar nuestras experiencias. Siendo yo alguien que fue castrado a los 13 años por el Hospital Presbiteriano de Nueva York, recuerdo sentir mis testículos en el área de la ingle antes de que fueran extirpados. Antes de la cirugía, también recuerdo preguntar a mi madre si podían administrarme tanto estrógenos como testosterona después de la cirugía, porque me gustaba la forma en la que mi cuerpo se estaba masculinizando. Las cirugías intersexuales, sin consentimiento informado, causan daño emocional, físico y psicológico. El activismo intersexual reconoce que hemos sido dañados por una institución cuya supuesta meta es la atención y el bienestar, pero a cada vez más personas (al menos en los Estados Unidos), las motiva más el dinero que la humanidad.

Para las madres que dieron a luz bebés intersexuales, he notado que puede haber una gran culpa y vergüenza. Todos mis reconocimientos como activista intersexual no pudieron aminorar la culpa de mi madre por haber tenido tres hijos e hijas intersexuales. Sentía que algo estaba genéticamente mal con ella, y aunque nos amaba y nos protegía, desesperadamente quería dar a mi padre un hijo que ella viera como “normal”. Las cirugías que los padres “consienten”, se llevan a cabo en medio de mentiras y miedo – a los padres no se les informa que lo que están consintiendo es considerado una forma de tortura de acuerdo con la ONU. Para los padres que conocen a personas intersexuales y han escuchado nuestras historias, que están educados en el tema y tienen apoyo de otros padres, es menos común que tomen decisiones apresuradas acerca de la cirugía. De manera similar a otros patrones de abuso, el secreto prospera en el aislamiento.

Como los urólogos y endocrinólogos continúan sosteniendo este sistema, continúan sufriendo también. Mantener la opresión requiere de opresores que se “hagan de la vista gorda” ante la injusticia sistémica. Los doctores hacen esto intentando aislar a las personas intersexuales entre sí, diciendo a pacientes y familias que “tu caso es extremadamente raro” o que “esta información médica no debería compartirse con otras personas”. En el ámbito público, intentan reclasificar las variaciones intersexuales, tales como la hipospadias y la Hiperplasia Suprarrenal Congénita, como algo que “no es intersexualidad”, para silenciar la protesta de los activistas intersexuales y, nuevamente, hacerle ver como si la intersexualidad fuera algo que es raro y poco común. Algunos de estos doctores tienen egos muy fracturados, y no pueden tolerar criticas a sus técnicas quirúrgicas o a sus ideologías, incluso cuando los pacientes literalmente estallan en llanto. Al negar nuestra humanidad, también están negando su propia humanidad. Al no alzar la voz y responsabilizar a sus colegas, los doctores están contribuyendo al trauma con el que viven muchas personas intersexuales, y están ignorando el primer principio del Juramento Hipocrático: “No hacer daño”.

Aunque no conozco a esta mujer, me alegra que haya intervenido. A medida que los adinerados asistentes a la gala de CARES fueron llegando, nerviosamente rodearon nuestra protesta para poder acceder sin ser notados. Unas pocas personas se detuvieron a ver y escuchar. En general, nuestra protesta fue muy exitosa. Quizás su acción es un indicador de lo que está por venir, donde algunos padres públicamente justificarán estas cirugías médicamente innecesarias, o quizás es una oportunidad para curar parte del dolor compartido que todos experimentamos debido a estas intervenciones.

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