Hormonas, cirugía experimental y desengaño: Qué significa ser intersexual (testimonio de Bonnie Hart)
Por Kerry Warren
Traducción: Laura Inter del artículo “Hormones, Experimental Surgery & Heartbreak: What It Means To Be Intersex” de Kerry Warren
Existen cerca de 500,000 australianos que nacieron de esta manera.

Bonnie Hart tenía 12 años de edad cuando sus padres la ingresaron en el hospital para una cirugía secreta que, a pesar de las buenas intenciones de todos, casi arruinó su vida.
La operación fue para extirpar un par de testículos no descendidos que se encontraban en su abdomen y, aunque le fue presentada como la única alternativa para que pudiera llevar una vida “normal”, Bonnie lo lamenta con amargura hasta el día de hoy.
“Desesperadamente deseo que esto no hubiera pasado”, le dijo a whimn.com.au. “Fue una terrible violación de mis derechos humanos, y tanto yo como mi familia hemos sufrido terriblemente por muchos, muchos años, como consecuencia directa de esto. Me dejó con tendencias suicidas en varios momentos de mi vida, y tengo continuas complicaciones en mi salud que tendré que tolerar por el resto de mi vida, todo gracias a esa cirugía, la cual ni siquiera tenía que haber sucedido”.
Bonnie, una mujer originaria de Queensland, ahora de 39 años, nació intersexual, un término aplicado a personas cuyos genitales, cromosomas y hormonas, no coinciden con las expectativas típicas para los cuerpos femeninos y masculinos. Es mucho más común de lo que las personas pudieran pensar, cerca del 2% de la población australiana – o 482,000 personas.
En el caso de Bonnie, cuenta con cromosomas XY típicamente masculinos, pero en el útero se desarrolló de manera más femenina debido a que es insensible a la testosterona.
Esto tuvo como consecuencia que naciera con testículos y sin ovarios ni útero, pero con una apariencia femenina en casi todos los demás aspectos.
Es una condición – técnicamente conocida como síndrome de insensibilidad a los andrógenos – con la que también vive su hermana Phoebe. Los doctores diagnosticaron a Bonnie cuando solo tenía dos meses de edad.
“Durante mi niñez todo el tiempo escuchaba ‘esto es anormal’ y ‘eso es un trastorno’”, dijo. “Yo era diferente y eso era malo, y tenía que hacer todo lo posible para ser ‘normal’. Al no tener a nadie con quien pudiera hablar, simplemente internalicé toda esa negatividad y vergüenza”.
“Sufrí trastornos alimenticios extremos. Me aterrorizaba la intimidad. Mentía mucho a todos los que conocía, porque no me sentía capaz de decirle a nadie lo que me sucedía”.

Cuando Bonni se acercaba a su 20vo cumpleaños, los doctores dijeron a sus padres que la cirugía para extirpar sus testículos era la única opción. También recomendaron procedimientos de dilatación vaginal dolorosos y traumáticos, para que pudiera ser capaz de tener relaciones sexuales heterosexuales cuando fuera mayor.
“Les dijeron que había un 50% de probabilidades de que contrajéramos cáncer”, dijo. “En ningún momento se nos ofrecieron otras opciones. Esto fue a finales de la década de 1980, los doctores decidían todo, y no existía internet, el cual hubiera podido proveer fuentes de información alternativas. Los doctores siempre recomendaban la cirugía, porque era lo único que conocían, y daban por sentado que cualquier mujer desesperadamente quería tener relaciones sexuales heterosexuales”.
De hecho, el riesgo de cáncer de Bonnie era en realidad menor al 0.8%, algo que descubrió más tarde y, como consecuencia de la terapia de reemplazo hormonal a la que la sometieron después de la cirugía, aún no había atravesado la pubertad, y cuando tuvo relaciones sexuales heterosexuales, lo hizo con casi cero libido.
“No había evidencia de que el tratamiento quirúrgico tuviera algún beneficio para las personas a las que les estaba sucediendo”, dijo Bonnie. “En gran medida eran experimentales, y algunos de esos experimentos fallaron. Arruinaron la vidas de personas, y con frecuencia les quitaron la vida, porque cuando haces eso a alguien, y le dejas tan aislado y desconectado, es una receta para el desastre. Aún no cuentan con evidencia de que los tratamientos que ofrecen funcionen, o son comparables a ningún tratamiento en absoluto”.

El impacto de la cirugía en la vida de Bonnie, ha sido grave y multifacético. Ha luchado contra la depresión durante la mayor parte de su vida, mientras que el desequilibrio biológico causado por la extirpación de la fuente natural de hormonas de su cuerpo, ha tenido como consecuencia problemas en la densidad ósea, y una tiroides con un bajo rendimiento que causa otras complicaciones. Ha tenido problemas para establecer relaciones íntimas y ha sufrido violencia doméstica, y su relación con su familia sufrió por muchos años como resultado de la culpa y el arrepentimiento que rodearon su cirugía.
No fue hasta que Bonnie contactó con otras personas intersexuales que la niebla comenzó a disiparse.
“Por primera vez en mi vida, sentí que no estaba sola”, dijo. Todxs teníamos experiencias muy similares con nuestros cuerpos, doctores, nuestras familias, la vergüenza y el estigma. Ser capaz de hablar con otras personas intersexuales, salvó mi vida”.
“Siempre me sentí tan defectuosa. Me sentía feliz con cualquier muestra de afecto o interés, porque sentía que no valía la pena”.
Bonnie ahora dirige un grupo de apoyo y lo usa para que las personas intersexuales sepan que no están solas, que son valiosas y que sus cuerpos son naturales, saludables y agradables.
También está instando al cambio, con el objetivo de garantizar que los doctores no operen a lxs niñxs intersexuales, hasta que tengan la edad suficiente para proporcionar su consentimiento plenamente informado para el procedimiento.
Actualmente, las cirugías de «normalización» genital todavía se realizan en niñxs pequeñxs en Australia, pero requieren la aprobación del tribunal. Esto aún sucedía en 2015, cuando el Tribunal Familiar de Australia concedió permiso para que Carla, de cinco años, que era genéticamente masculina pero tenía una apariencia femenina, fuera sometida a cirugía para modificar sus genitales.
«Todos los implicados en este caso piensan que están tomando las decisiones correctas para la niña, pero nadie lo sabrá hasta que la niña pueda decir cuál es su identidad de género y cómo se siente o se ajusta a su propio cuerpo», dijo Bonnie.
«Las cirugías son irreversibles. La atención y asesoría psicológica para los padres y lxs niñxs debería ser el primer recurso – enseñar a las personas cómo vivir en sus cuerpos antes de que intenten cambiarlos porque, con el tiempo, es posible que descubras que tu cuerpo es increíble, tal como es».
hola que tal
mi nombre es nathan y soy intersex tambien…
tengo una duda ya que tambien tengo testiculos no descendidos…. y los medicos me recomienda extraerlos…por que podria desarrollar cancer…
quisiera saber cuales son las otras concecuencias de esta operacion para poder plantearselas a mis medicos … ya que estoy pronto a comenzar un tratamiento con testosterona…
desde ya muchas gracias 🙂
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Hola Nathan!
Gracias por escribir, el riesgo de cáncer depende de muchos factores, entre ellos la herencia. Sin embargo, el riesgo de cáncer en el caso de los testículos no descendidos, comúnmente es similar al riesgo de cáncer de mama, y NO se les extirpan las mamas a todas las personas para evitar que contraigan cáncer. Lo que se recomienda en casos como el tuyo es realizar revisiones periódicas (una o dos veces por año) para revisar que todo esté bien, si tus testículos están sanos, no tiene lógica extirpar un órgano sano y funcional.
Los testículos producen hormonas esenciales para tu salud, y al extirparlos te harán 100% dependiente de una terapia de reemplazo hormonal que tendrás que tomar de por vida. Y serás vulnerable a problemas de osteoporosis por ejemplo.
Para informarte más te recomiendo leer:
https://www.vice.com/es_mx/article/pp5b3z/soy-intersexual-y-mi-cuerpo-funciona-a-la-perfeccion-gracias
Haz clic para acceder a circular-7-laura-y-hana11.pdf
Si tienes dudas por favor escribe a brujulaintersexual@gmail.com
Contamos con el apoyo de un médico que puede orientarte al respecto.
Saludos!
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