Razón por la que ahora apoyo a Caster Semenya
Por Madeleine Pape
Traducción de Laura Inter del artículo “Why I now stand with Caster Semenya” de Madeleine Pape
Fuente: http://www.sbs.com.au/topics/zela/article/2016/08/08/why-i-now-stand-caster-semenya

¿Qué es lo que hace a alguien una mujer y una atleta? En el deporte, y en el deporte Olímpico en particular, parece ser que se considera justificado el que escriban sus propias reglas cuando se trata de definir las fronteras de las categorías de género en las competiciones.
Una vez yo fui parte de ese vacío: una atleta de élite dispuesta a apoyar, e incluso participar, cuando multitudes de personas – atletas, fans, oficiales, personas en los medios de comunicación – fueron tras la corredora Sudafricana de los 800m Caster Semenya, en el Campeonato Mundial en 2009.
El espectáculo que creamos, no es nada menos que una cacería de brujas en tiempos modernos. Tratamos a Semenya como un fenómeno de la naturaleza, una criatura híbrida que debe ser temida, alguien que pudiera ser considerada una mujer en otro lugar, pero no era una atleta mujer legítima en nuestros círculos. En lo personal, fue un periodo oscuro para mí, dado mi pobre desempeño representando a Australia en los 800m, pero un periodo mucho más oscuro para el deporte de atletismo.
Avanzando más hasta el año 2015, puede ser que a los ojos de algunas personas, traicionara a mi comunidad de atletismo, al testificar ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) a favor de Dutee Chand, una corredora de la India, quien intentaba revocar las Regulaciones sobre el Hiperandrogenismo de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (AIFA) y del Comité Olímpico Internacional (COI).
Estas regulaciones establecen un límite en los niveles de testosterona, producida de manera natural, que se permite en los cuerpos de las mujeres atletas. Este límite, fue la respuesta del AIFA y del COI al ‘problema de Semenya,’ y está destinado a asegurar que nunca más, una mujer así, pueda apoderarse del oro que pertenece a las competidoras que lo merecen con más justicia. El TAD, en última instancia, decidió suspender las regulaciones por un periodo de dos años, permitiendo que Chand siguiera su sueño de convertirse en una atleta Olímpica, esto sin tener que modificar su cuerpo para encajar en los límites de lo que llamamos: “una mujer biológica”.
Yo testifiqué, pero no en un intento de generar controversia, y ciertamente no para ganar popularidad, sino debido a que creo que fue lo correcto – tanto objetivamente como políticamente.
Pregúntate a ti misma(o): ¿Cómo sabes que la testosterona es el factor clave que distingue los cuerpos masculinos y femeninos? ¿Dónde aprendiste este mito?, y entonces, ¿Lo has cuestionado? De manera similar, ¿Qué te hace pensar que la testosterona es el factor determinante que determina el desempeño deportivo?
En mi caso, tuve que iniciar un doctorado en sociología en EUA, antes de que pudiera responder estas preguntas. Fui desafiada por mis compañeros en la academia, a imaginar un mundo donde Semenya pudiera competir libremente, me sentí perturbada. Amenazada. Estaba a la defensiva. Pero los hechos eran ineludibles: la testosterona producida de manera natural, es solo uno de los muchos factores biológicos y sociales que determinan el desempeño de los atletas hombres y mujeres.
Las(os) atletas confían en que las autoridades han establecido desde hace mucho si la testosterona produce diferencias en el sexo y el rendimiento. El concepto de la testosterona, tiene una enorme carga de poder simbólico en la sociedad moderna y en particular en el mundo del deporte. Pero es como una mitología que hemos llegado a percibir como un hecho ineludible. Pero la mayoría de nosotros, solo sabemos la versión simplificada de la compleja entidad biológica que toma formas naturales y sintéticas, y que afecta a cuerpos individuales de maneras inconsistentes.
Ha tomado una gran cantidad de trabajo y dinero, a la AIFA y al COI, incluso para generar una modesta cantidad de evidencia que diga que la testosterona natural, puede servir como justificación para descalificar a ciertas mujeres atletas. Y como determinó el TAD, la evidencia no fue lo suficientemente buena. Así, la historia se repite: la verificación de género, ya sea basada en la genética, el ADN, las hormonas, o gónadas, esta destinada a fracasar. Y aún los deportes de atletismo, optan por estar en el lado equivocado de la historia.
Pero, en realidad, esta no es una historia acerca de expertos científicos oponiéndose al disputado papel que tiene la testosterona al producir diferencias en el sexo y el rendimiento. De hecho, no pienso que esta historia trate de ciencia.
Semenya es una chica negra, queer y tomboy de Sudáfrica, la hacen parecer como un personaje marginado en un deporte que es predominantemente heterosexual, históricamente dominado por europeos blancos, organizado en torno a una estricta segregación de los géneros y objetivización de los cuerpos de las mujeres, y donde las mujeres, frecuentemente, son bastante femeninas en su autopresentación. No creo que estos detalles sean periféricos en esta historia, creo que son el corazón de la misma.
Empieza con un doble estándar para hombres y mujeres: de manera incondicional, celebramos los desempeños excepcionales de los hombres, pensemos en Usain Bolt, David Rudisha, y Mo Farah. Sólo el dopaje podría sofocar el entusiasmo que sentimos por los atletas hombres cuando suben al pedestal.
En contraste, la celebración de las mujeres atletas viene con condiciones, las cuales Semenya no cumplió. Dijo la comunidad de atletismo a sus mujeres, debes ser una campeona justa, y la “justicia” tiene un doble significado: no hacer trampa, y ser lo suficientemente femenina.
Las feministas negras, desde hace tiempo, nos han recordado que las percepciones de feminidad no están exentas de racismo por el color de la piel. Además del color de la piel de Semenya, el que sea queer, de género no conforme, sus habilidades atléticas y el que sea africana, influye en que muchas personas no puedan ver o aceptar a Caster como la mujer que es.
Puede ser que la peor parte sea que nosotras – las atletas mujeres -, nos vigilamos a nosotras mismas al vigilar a Semenya, y a otras mujeres que se sospecha tienen características intersexuales. Nos da miedo ver a Semenya como una campeona que merezca ser celebrada. Nos reusamos a permitir que una atleta que se auto-identifica como mujer, vaya demasiado lejos, que logre llegar muy alto, y que alcance algo que la historia sugiere es inalcanzable para muchas de nosotras.
Por supuesto que muchos hombres atletas, enfrentan este escenario sin la opción de sacar la ‘tarjeta de género’. El atletismo es un deporte internacional serio, uno de los más serios del mundo. Algunos atletas tienen acceso a medicina superior deportiva, instalaciones para entrenar, nutrición, y ciencia deportiva. Pero esta es la compleja verdad: algunos atletas simplemente son mejores que otros.
Ya no me siento cómoda afirmando, que el mundo del deporte, debería hacer sus propias reglas cuando se trata de determinar el género de las competidoras. No importa como presentes las
Regulaciones en relación al Hiperandrogenismo, estas constituyen una forma de discriminación, un doble estándar, una cacería de brujas, que no tiene lugar en el atletismo, ni en el deporte femenil en general.
Una prueba de los hechos que socavan las percepciones populares que se tienen de la testosterona
- Algunos atletas hombres que compitieron en los Campeonatos mundiales de 2011 y 2013, tienen niveles naturales de testosterona por debajo del límite “normal” para los hombres, definido por la AIFA (que es de 10nanomoles/L), e incluso, algunos caen en el rango femenino (por debajo de los 3nanomoles/L).
- Existen atletas mujeres de élite, que son insensibles a los andrógenos, lo que significa que sus cuerpos son incapaces de beneficiarse de la testosterona que producen. En otras palabras: son atletas de élite con un nivel de testosterona funcional equivalente a cero.
- El AIFA y el COI (y algunos atletas y entrenadores), afirman que las mujeres con niveles de testosterona “masculinos”, se desempeñan como hombres. Puede ser que nunca sepamos los detalles privados de los niveles de testosterona de Semenya, pero si sabemos que ella es significativamente más lenta que los atletas hombres. Su mejor tiempo en el Campeonato mundial de 2009, fue de aproximadamente 10 segundos menos que el estándar de clasificación para los hombres y de su eventual tiempo necesario para ganar.
- Al menos 30 mujeres atletas, recibieron “tratamiento” debido a las Regulaciones para el Hiperandrogenismo, esto para bajar sus niveles de testosterona. Pero no existen 30 ‘Semenyas’, como podríamos esperar si la testosterona en realidad fuera el factor crítico que determina la habilidad atlética en las mujeres atletas.
Madeleine Pape es una ex corredora de los 800m, que representó a Australia en las Olimpiadas de Beijing en 2008, en los Juegos Mundiales Universitarios en 2009, y en el Campeonato Mundial en 2009. Está estudiando un doctorado en sociología en la Universidad de Wisconsin-Madison en EUA.
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