Eugenesia e Intersexualidad: Las consecuencias de definir cuerpos “normales”
Por Katelyn Dykstra Dykerman
3 de Marzo de 2015
Traducción de Laura Inter del artículo “Eugenics and Intersex: The consequences of defining “normal” bodies” de Katelyn Dykstra Dykerman
El 1ro de mayo de 2014, el Dr. Cary Gabriel Costello, publicó en su blog un artículo titulado, «On Eugenic Abortion of the Intersex” (Aborto Eugenésico de Intersexuales), que discutió la opción contemporánea que tienen los padres de abortar los fetos que tengan un diagnóstico de alguna condición intersexual. Su artículo provee un útil punto de partida para una discusión acerca de la continua amenaza de la ciencia eugenésica (o ciencia genética, en la que, a menudo, han sido re-empacadas las prácticas eugenésicas) en particular hacia aquellas personas con condiciones intersexuales.

Un análisis mas exhaustivo de la cuestión que plantea Costello, puede ser encontrado en la edición de Septiembre de 2013 de la revista Journal of American Bioethics*, la cual toma la practica del DGP (diagnóstico genético prenatal) en casos de condiciones intersexuales. El enfoque del articulo por Robert Sparrow, explica que el DGP puede ser usado para “impedir el nacimiento de un niñx intersexual” (29). Él exploró la ética del DGP para las condiciones intersexuales, llegando de manera vacilante a la conclusión de que, de hecho, el DGP es ético en casos de intersexualidad, porque en el caso de las personas con condiciones intersexuales, es menos probable que encuentren una comunidad, placer sexual, y que sean capaces de reproducirse. Por lo tanto, coloca la responsabilidad en los padres, para que consideren si quieren tener un niñx que posea genitales que pudieran no ser entendidos como “normales” a este hostil mundo. Los autores que respondieron señalaron que, el análisis de Sparrow toma la retórica eugenésica afirmando que existe un cuerpo normal, al cual todos los otros cuerpos aspiran. Cualquiera que no se ajuste al cuerpo físico ideal, y la resultante narrativa de la vida idealizada, debería ser borrado – tu sabes, por su propio bien. ¡Ejem!
Para que quede claro: Cualquier decisión médica que limita la vida, basada en prejuicios sociales o culturales específicos, contiene posibilidades eugenésicas peligrosas. Por tanto, creo que es útil el volver brevemente a la época dorada de la retórica eugenésica, con el fin de mostrar como es que los científicos eugenésicos discutían las condiciones intersexuales y, así, demostrar como es que el discurso de Sparrow retoma esta retórica y la re-empaquet.
La eugenesia, como discurso, y también como “pseudo-“ ciencia, abarca tanto a la medicina como a la ciencia, y, por tanto, ha sido mostrada como una forma legítima de promover – de hecho, “crear” – “cuerpos normales.” A pesar de las previas ávidas negativas de los Estados Unidos de estar profundamente implicado en practicas e investigaciones eugenésicas (ver War Against the Weak -La Guerra contra el Debil- de Edwin Black), uno de los mas entusiastas defensores de la eugenesia negativa, Charles Davenport, era Estadounidense. En 1911, Davenport publicó Heredity in Relation to Eugenics – Herencia en Relación a la Eugenesia, en el cual el retomó el tema de las “condiciones relacionadas al hermafroditismo”, del cual hizo una gráfica en relación a la genética (ver el ejemplo abajo). Estas gráficas, llamadas genealogías, y su comentario que le acompaña, señalan a las condiciones intersexuales como defectuosas y anormales. Afirmó que una condición intersexual ocurre cuando fracasa el desarrollo “normal”. Se refirió a las condiciones de hipospadias (cuando la abertura de la uretra no está en la punta del pene) como “imperfectas”, marcando, así, el cuerpo que posee una condición intersexual como no-perfecto.
Mas aún, la culpa de la “transmisión” de las condiciones intersexuales, directamente cae sobre la madre, Davenport escribe:
“La conclusión eugenésica es que las cepas del hermafroditismo (hipospadias o criptorquídea [la ausencia de uno o ambos testículos]) solo las pueden poseer las mujeres, y si una de las que tienen estas cepas está casada, probablemente la mitad de sus hijos saldrán defectuosos, particularmente si ya tienen hermanos defectuosos; pero, los hombres normales de aquellas cepas, pueden casarse con mujeres que no posean las cepas afectadas.” (170)
Lo que resulta de la retórica de Davenport, aquí es doble. Primero, la condición en sí misma es considerada “defectuosa”, en lugar de una variación natural del cuerpo. Segundo, este defecto es llevado en los genes de la mujer, haciendo a la madre responsable de conferir a su hijx una vida invivible.

En la retórica eugenésica, la responsabilidad de la condición indeseable es siempre puesta sobre los padres, en este caso en la madre. En la más reciente discusión de Sparrow, la decisión acerca de que hay que hacer (si hay que hacer algo) acerca de la condición intersexual, firmemente recae en los padres, dejándoles a ellos la responsabilidad, tanto de la condición, como de la vida que siga a cualquier decisión que ellos hagan al respecto. El tipo de retórica eugenésica que pudiera ser familiar a Davenport, no ha sido claramente borrada de la profesión médica.
Mientras que hay algunos activistas de los derechos queer, como Alice Domurat Dreger, Anne Fausto-Sterling, y Bo Laurent, estrechamente asociadas con el establecimiento médico, quienes están trabajando para borrar este tipo de lenguaje y prácticas dañinas, de los pasillos de las clínicas, la exclusión de la diferencia corporal esta todavía firmemente arraigada en el lenguaje médico popular acerca de la “perfección” y “normalidad”. Jason Behrmann y Vardit Ravitsky señalan a este problema, alegando que los padres de fetos intersexuales, deben tomar en cuenta las condiciones sociales a las que traerán a su “desendencia” (39). Estas condiciones están, en su opinión, plagadas de malentendidos en cuanto al complejo “entrelazamiento” de “sexo, género y orientación sexual” (39). Muchas de las respuestas al artículo de Sparrow, parecen hacer eco a esta preocupación. Independientemente de las intenciones de los padres, su decisión, de si deben o no dejar que el feto intersexual nazca, está llena de todo tipo de cargas y prejuicios sociales, médicos y culturales. Por lo tanto, es problemático que la profesión médica ejerza la autoridad de consejera, y la capacidad de realizar DGP en los casos de intersexualidad.
Diana Aurenque y Hans-Jörg Ehni, argumentan, con mucha razón, que los profesionales médicos, cada vez que actúan sobre su percepción de “normal”, les están perjudicando a sus pacientes (56). Lo “normal” no existe. Es una ficción, construida social y culturalmente. Yo diría que cualquier intervención innecesaria (esto es, una que no funcione para salvaguardar la vida biológica), por parte de la profesión médica para alcanzar la “normalidad”, es un acto de eugenesia. Como ejemplo de lo que afirma el texto de Davenport, es a través del lenguaje que construimos un cuerpo “normal”. Las construcciones lingüísticas de cuerpos normales, entonces, facilitan los muy reales actos de intervenciones médicas violentas que excluyen a los cuerpos intersexuales de una vida “vivible” – o de cualquier tipo de vida.
*Los números de página (excluyendo a Davenport) se refieren a la edición mencionada de The Journal of American Bioethics.

Katelyn Dykstra Dykerman, es una estudiante de Doctorado en la Universidad e Manitoba. Sus áreas de investigación incluyen: intersexualidad, bioética, ética quirúrgica, y estudios de la identidad queer, en el vasto ámbito de la Literatura Modernista. En su vida paralela, es madre y quiere ser jardinera. Su twitter es @katelynjane