Luchando por recuperar la salud que me arrebataron | Por Yela (Venezuela)

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Descripción de imagen: La imagen muestra bloques amarillos apilados en forma de pirámide sobre un fondo blanco, cada uno con iconos morados relacionados con la salud, como una cruz médica, una gota, una cápsula, un estetoscopio, un corazón con un electrocardiograma y una jeringa. El bloque superior parece estar en movimiento, como si estuviera siendo colocado. En el borde derecho hay una franja amarilla con el texto «brujulaintersexual.org» en vertical

 

Luchando por recuperar la salud que me arrebataron

Por Yela

Como comenté en mi historia de vida, tengo una variación intersexual llamada insensibilidad androgénica incompleta. Hace varios años, los médicos decidieron que debían extraer mis gónadas porque, según ellos, podían estar atrofiadas y causar cáncer. Sin embargo, cuando realizaron la biopsia y las examinaron, descubrieron que estaban perfectas, funcionales y sanas.

Antes de la cirugía, era una persona completamente sana, sin ningún malestar ni dolor físico. Lo que realmente hicieron al quitar mis gónadas fue arrebatarme mi salud, una salud óptima. Desde ese día, mi vida no volvió a ser igual. Ahora paso de un malestar a otro, he visitado infinidad de médicos de distintas especialidades y, hasta ahora, no he conseguido respuestas y mucho menos soluciones.

Todo lo que hacían era recetarme estrógenos porque, para ellos, como soy una mujer “debo permanecer como tal”. Pero los estrógenos no son mi solución; no le hacen bien a mi cuerpo y mi salud sigue en decadencia. Al leer historias de vidas intersexuales y compartir mi testimonio con algunas amistades que también tienen mi variación intersexual, creo que mi cuerpo necesita testosterona, pues era lo que producían mis gónadas hasta el día de mi cirugía.

Se lo comuniqué a varios doctores y su respuesta fue: «No puedes usar eso porque eres una mujer y tu cuerpo se va a masculinizar». A lo que yo respondía que eso no me importaba, pues cuando tenía mis gónadas pasé por mi desarrollo en la adolescencia y sé lo que puede pasar. Pero para ellos, a pesar de mi respuesta y sin importarles mi salud, lo más importante es que conserve una apariencia típicamente femenina. Aún no entienden que mi cuerpo es mío y que tengo autonomía sobre él.

De verdad, no sé cómo he soportado tanto malestar, tantos síntomas, y aún sigo de pie. Imagino que con algún propósito. Hace poco, conversé con una endocrinóloga que está dispuesta a supervisar mi tratamiento hormonal con testosterona. Ya eso es un gran avance. Voy a realizarme una serie de exámenes para iniciar con el mismo; voy paso a paso, pues son súper costosos.

Espero pronto traerles buenas noticias. Quiero que sean partícipes de mi proceso.

Un abrazo desde Venezuela.

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