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PARA CERRAR 2024

Por Marinette

¡Hola de nuevo a todas, todes y todos!

Quiero cerrar este año con un mensaje para todas las mamis que me han seguido y para las que apenas me están leyendo, así como para todas las personas interesadas en el tema de la Intersexualidad y que han llegado a este blog por curiosidad.

Este 2024 ha sido un año con mucho movimiento, tanto a nivel internacional y nacional como personal. Las piezas del juego se han movido mucho: a veces para bien, a veces no tanto. Sin embargo, hay algo que he aprendido a lo largo de este año y quiero compartirlo con ustedes.

• No duden de ustedes ni un segundo. Lo han hecho bien, y el resultado es que su hijo, hija o hije está vivo.
• No importa que tengamos que nadar contra corriente. Si nosotras estamos sanas y nuestros peques están sanos, estamos bien y tenemos todo para guiarles.
• No existe una fórmula para saber cómo ser mama o papá; todas y todos hacemos lo mejor que podemos con lo que tenemos. Y eso está bien.
• Las ideas sociales de perfección, no corresponden a la realidad. No busquemos en los cuerpos de nuestros hijos una idea fantasiosa de perfección. Ningún cuerpo se ajusta a esas ideas, tampoco el de nosotras.
• Un niño es un niño: inocente, lleno de sueños y con una gran imaginación. Ningún niño nace siendo malo, o teniendo miedos o prejuicios; todo eso lo aprenden. Por eso, es importante centrar nuestra atención en lo importante: que tengan una infancia feliz.
• Dejémonos de preocupar tanto por el futuro que aún no ha llegado, o por el origen y la causa de la variación intersex de nuestros hijos. Saberlo no eliminará la ansiedad. Ese conocimiento quizás no sea necesario para nosotros como padres.

 Si Dios, el Universo, la Madre Tierra nos dio la oportunidad de ser mamás, familiares, amistades o conocidos de un niño intersex, podemos sentirnos muy agradecidas y afortunadas. Ellos vienen a enseñarnos muchas cosas, entre ellas a ser nosotras mismas, sin importar lo que la sociedad marque o nos quiera imponer.

Vienen a mostrarnos que tener un cuerpo que no coincide con las creencias que nos han inculcado sobre qué significa ser mujer u hombre, no es una limitante, y que son seres humanos como cualquier otro, con sueños, un corazón, inteligencia, errores y virtudes. ¡Son niños! Amémosles, démosles la confianza para contarnos lo que deseen, aplaudamos sus logros y establezcamos límites bien definidos. Eduquémonos como padres, porque en nuestras manos está su infancia, la etapa inicial de su vida, inculcarles creencias sanas y darles las herramientas que les permitirán salir al mundo con la cara en alto, con una autoestima bien cimentada y con valores indestructibles que les faciliten su camino.

Eduquemos con amor, valentía y respeto, para hacer que nuestros hijos, al crecer, sean adultos maduros con alma de niños.

Deseo que todos cierren este 2024 con paz en sus corazones, alegría en el alma y una conciencia más amplia sobre qué huella que quieren dejar en sus hijos, hijas e hijes.

Cambio y fuera mis lectores.

¡¡¡¡Feliz Año Nuevo!!!!

Les comparto una afirmación del libro de Louise L. Hay, titulado: “Tú puedes sanar tu vida” para que, cada vez que se sientan abrumadas por esas ideas fantasiosas de perfección y por los prejuicios sociales, la repitan y la compartan con sus peques:

“En la infinidad de la vida donde me encuentro, todo es perfecto, pleno y completo.

Reconozco a mi cuerpo como un buen amigo.

Cada una de las células de mi cuerpo tiene Inteligencia Divina.

Oigo lo que me dice,

Y sé que sus consejos son válidos.

Siempre estoy segura, protegida y guiada divinamente

Opto por ser sana y libre

Todo está bien en mi mundo.”