CARTAS A PERSONAS COMO YO: ¿CÓMO APRENDO A VIVIR CONMIGO? | Por Jaritza A. B. (Ecuador)

Este texto fue compartido exclusivamente con Brújula Intersexual, si quieres publicarlo en otro lugar, por favor escríbenos para pedir autorización a la autora: brujulaintersexual@gmail.com

Descripción de imagen: La imagen muestra una obra de arte compleja y colorida con un estilo que recuerda a las composiciones cubistas. Incluye varias formas que parecen ser rostros humanos estilizados y fragmentados. En la paleta de colores destacan tonos amarillos y morados. La imagen tiene una calidad casi mecánica o futurista, con círculos y líneas que podrían interpretarse como engranajes o circuitos, insinuando quizás la complejidad de la psique humana.

CARTAS A PERSONAS COMO YO: ¿Cómo aprendo a vivir conmigo?

Por Jaritza A. B. (Ecuador)

En un mundo en el que sobresalen los estereotipos de belleza impuestos por la sociedad, nos vemos inmersas en grades complicaciones, preguntándonos constantemente: ¿cuál es la forma correcta de vivir conmigo misma?, acaso ¿debo eliminar mi vello corporal depilándome o rasurarme?, o ¿debería acudir al láser?, ¿porque no simplemente hago lo que me haga sentir más cómoda y mejor conmigo misma?, ¿porque lo que haga debe depender de los estereotipos de belleza impuestos por la sociedad? Eso y más son las complicadas preguntas por las que muchas de nosotras hemos pasado.

Aún en pleno siglo XXI, el hirsutismo, las estrías y ciertas diferencias físicas, siguen siendo un tabú. A cuantas mujeres con Hiperplasia Suprarrenal Congénita o con otras variaciones intersexuales no nos ha tocado que el médico que nos atiende nos cuestione: ¿por qué no te rasuras?, ¿por qué no te depilas?, ¿no te gustaría hacerte este procedimiento estético?, ¿por qué no te haces una cirugía para normalizar tu parte íntima?, etc. Tantas preguntas que nos hacen en los hospitales basadas en estereotipos absurdos, donde no se toma en cuenta nuestra opinión o nuestro verdadero bienestar. Acaso alguna vez nos preguntaron: ¿qué te hace sentir bien?, ¿cómo te sientes más cómoda?, o quizás, ¿te incomoda algo de tu cuerpo?, y, si es así, ¿te gustaría modificarlo?

 Al final hubiera deseado simplemente no sentir que los médicos ultrajaban mi intimidad, sino que me escucharan y me explicaran lo que me sucedía. A veces criticaba el hecho de que se aprovecharon del poco conocimiento de mi madre (porque para ese entonces mi padre ya había formado un nuevo hogar), o quizás, en realidad se aprovechaban del poco cuestionamiento que recibían sobre sus decisiones como médicos. Acaso mi madre nunca tenía ganas de preguntarles: ¿por qué?, ¿por qué deben hacerle esto o aquello?, ¿qué significa esto?… hubiera querido que las preguntas que hacía mi madre se trataran de otros temas… en lugar de las preguntas que hacía como: ¿en un futuro será lesbiana?

Todo esto hace que me pregunte, ¿los médicos y nuestros familiares se preguntarán alguna vez como nos sentimos?

¿Saben? estas experiencias empezaron a afectar mi mente y mi autoestima, empecé a sentir vergüenza de mí y de mi cuerpo, empecé a preguntarme como debo vivir conmigo misma, empecé a dudar de si yo era un ser “correcto” para estar en este mundo. Fueron tantos los dolorosos cuestionamientos que me hacía a mí misma… pero al final de ese túnel oscuro en el que estaba inmersa, me di cuenta que solo me tenía a mí, no había nadie más que yo, así que tenía que apoyarme y avanzar.

Fue tan difícil el inicio de este camino conmigo misma, porque yo deseaba ser aceptada y amada, deseaba tener amigos, deseaba sentirme llena y completa, pero me tocó autocompletarme y autorellenarme. A falta de apoyo, no queda de otra que aprender a vivir con nosotros mismos.

Cada cabeza es un mundo, y hay mundos en los que ni ellos mismos se entienden, porque son tantas las dificultades que padecen, así que solo nos queda apoyar a otras personas y animarles a no rendirse.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.