Imágenes y texto: Laura Inter
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Discriminación e intersexualidad
En muchos lugares la sociedad aún tiene una mentalidad muy cerrada y conservadora. Por lo que se generan reacciones de violencia, rechazo y discriminación frente a todo lo considerado diferente, y las corporalidades intersexuales no son la excepción.
Se han identificado grupos ultraconservadores, en los que predominan los discursos machistas, sexistas, fóbicos y de odio hacia la diversidad sexual en general. En este contexto opresivo de las identidades y de los cuerpos diferentes, también se encuentra la experiencia de las personas intersexuales.
Algunos entornos sociales están muy influenciados por estas formas de pensar y sea que las personas intersexuales hayan sido intervenidas o no en los hospitales, las variaciones corporales despiertan la crueldad social, el desagrado y la burla.
Muchas personas son sometidas a discriminación y violencia, tanto psicológica como física, cuando en su entorno social se sabe de su variación intersexual, por ejemplo: mujeres intersexuales a las que les crece barba o más vello corporal del que se considera «aceptable» para una mujer, o personas que cuentan con diferencias genitales: un clítoris considerado «demasiado» grande, o un pene considerado «demasiado» pequeño. Esta violencia y discriminación se da en las escuelas, en los lugares de trabajo, en espacios públicos y también dentro de la familia.
La solución es educar las mentes de las personas que discriminan y agreden, y no intervenir o modificar los cuerpos sanos de bebés y niñas (es,os), porque, además, esto solo agrava el problema de la discriminación y evidentemente representa una forma de violencia hacia menores de edad incapaces de consentir o entender lo que estas intervenciones representan.
Todos los cuerpos son válidos.
No más discriminación y violencia.
La intersexualidad es un tema de derechos humanos.