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BLOG MAMÁ INTER: Mar Adentro
Por Marinette
¡Hola a todas, todes y todos!
Deseo que este inicio de año haya sido maravilloso. Vamos iniciando el año 2025, y tengo el corazón lleno de tantas emociones: tan encontradas, tan parecidas, tan de todo un poco.
Les comparto la siguiente frase que leí, pues me pareció muy acertada y completamente realista:
Un padre le dijo a su hijo: “Ten cuidado por donde caminas”. El hijo respondió: “Ten cuidado TÚ, recuerda que yo sigo tus pasos”.

Pienso que ser mamá es un gusto, una gran responsabilidad y lo mejor que a mí me ha pasado. Sin embargo, sé que todas las personas pensamos diferente. Sea cual sea la situación que estén atravesando en este momento, lo que tenemos en común es que tenemos un hijo o hija intersex, y algún día tendrán que hacérselo saber.
Cuando empecé a escribir este blog, realmente era sencillo, pues básicamente era jugar, disfrutar, educar… lo que se esperaría de una madre responsable. Pero con el tiempo las cosas cambian. Me imagino caminando de la playa al mar: inicias en la arena suave, llegas a la orilla, un poco más, el agua te llega a la pantorrilla, caminas unos pasos más y te llega a la rodilla, luego a la cintura, y de pronto ya estás medio flotando y hay olas… unas más fuertes que otras, pero aún tocas el piso. En ese momento me siento ahora.
Soni aún es pequeño, pero ya va creciendo, y su inteligencia crece junto con él.
En este proceso de preparar el camino para hablar con Soni acerca de estos temas, me siento acompañada por mucha gente linda, que estoy segura de que lo único que buscan es hacer un poco más amable el momento en el que Soni sepa cuál es la condición actual de su hermoso cuerpo.
Pero llegar a esa meta no es tan sencillo. Hay que prepararnos nosotros como padres, estar cerca de la gente indicada, apoyarnos con terapeutas, al menos estar en contacto con alguien de Brújula Intersexual; esa será una buena decisión.
En nuestro caso, vamos avanzando. Sin embargo, tenemos algunos retos, entre ellos sincronizar las diferencias que tenemos el papá de Soni y yo. Realmente es un hombre bueno, tiene un buen corazón, es trabajador, de eso no me queda la menor duda. Recuerdo que cuando empezamos a salir, ya hace varios años, él me decía: “Es que no tengo idea de qué podríamos discutir tú y yo, nos llevamos tan bien, coincidimos en tantas cosas…”. El tiempo pasó y, varios años después, todo cambió.
Nosotros cambiamos, cambió nuestra vida, y no me atrevo a entrar en más detalles, pues este no es el espacio. Pero definitivamente, la gente sí cambia con los años, al igual que las expectativas y los sueños, y más cuando uno se convierte en papá o mamá. Y qué bueno que cambiamos, si no, sería un retroceso en nuestra persona.

Justo el otro día íbamos caminando por el hospital Siglo XXI, donde hay un gran árbol en la entrada del jardín. Era un árbol inmenso, con grandes troncos y muchas hojas verdes, un árbol que servía para dar sombra a quienes esperaban, un árbol que daba mucha vida al lugar. Pero lo podaron y le cortaron algunas ramas. Seguramente pasarán otros años para que vuelva a verse igual… o más bien, para que sea un árbol más fuerte y grande.
Este árbol nos ha acompañado por muchos años de visita al hospital y me sirvió para contarle a Soni que, con el tiempo, cambiamos, como los árboles. Se nos caen las hojas, nos cortan las ramas, que para mí son como las ideas, las creencias, los prejuicios. A veces hay que cortar lo negativo y dejar que la vida nos vuelva a enseñar la lección, lecciones que nos harán más fuertes y sabios.
Cada persona es un mundo. Tenemos diferentes creencias, formas en que fuimos educados, diferentes sueños… y eso es lo interesante. Pero, en este caso, lo ideal es que papá, mamá, y si podemos incluir a los familiares más cercanos (hermanos, tíos) y a la gente con la que conviva nuestros hijos o hijas, tengamos en mente que lo más importante es centrar nuestra atención en que sean felices y estén sanos.



El contarles que nacieron con un cuerpo con una variación intersex, marcará un antes y un después. El cómo hacerlo, el cuándo… no existe un tiempo ni un modo perfecto, pero sí hay que analizar con mucho cuidado el mensaje que se quiere transmitir.
Más allá de que puedan surgir diferencias de opinión, si tenemos presente cuál es el objetivo de ser sus padres, podremos estar unidos en este momento tan especial, tan importante en la vida de nuestros hijos e hijas, pues realmente es un parteaguas en su vida.
Los seres humanos, a veces, malinterpretamos la información que recibimos o, peor aún, no comunicamos adecuadamente el mensaje real. Por eso es tan importante hacer esto acompañados de alguien que sepa del tema y tenga experiencia con infancias.
En una de las terapias a las que asisto, la doctora nos comentó un día: “Esto que va a vivir Soni, nadie, absolutamente nadie, podrá saber lo que sentirá en ese momento. Tal vez en nuestra adolescencia vivimos el ‘no me gusta mi cuerpo’, ‘me choca mi cabello’, ‘ya me salió una espinilla’, pero jamás en la vida cuestionamos una variación [de las características sexuales] en nuestro cuerpo”.
Entonces, lo más que podremos hacer como papás es contener, entender, comprender, escuchar y estar ahí para cuando nuestro peque (ya no tan peque) lo empiece a asimilar.
Ahora, tampoco es que vaya a ser una noticia que se asimile al 100% en ese momento, Soni tiene 8 años. Todo se hará de acuerdo con su edad, y conforme vaya creciendo se irán incluyendo más y más detalles, además de que no estamos seguros de cómo será su desarrollo físico con el tiempo, es decir, como va a atravesar la pubertad, que características físicas se harán presentes, etc.
Pero, ¿saben qué? La intersexualidad es una variación genética que no siempre se hace evidente en el momento de nacer. A veces, la persona descubre que tiene una variación intersexual en otros momentos de su vida: en la adolescencia, en la edad adulta… Es como cuando cae una gota de vino tinto en el agua mineral. ¿A qué puede saber?
No lo sabemos hasta que pasa. Habrá algunos a quienes les encante, a otros les moleste y a otros les dará igual. Lo que los demás opinen es solo la percepción de lo que ven, de acuerdo con sus historias internas, pero la copa será la única que sepa lo que se siente al tener esa mágica combinación burbujeante y amarga a la vez.
¿Qué puede suceder? Nada, solo algo nuevo, algo incierto, pero fascinante a los ojos de muchas personas. Despierta nuestra curiosidad, nuestro amor por saber más, por entender, y a la vez, una intensa incertidumbre. Una sorpresa que no puede ser mala, sino solamente mágica e innovadora.
He leído sobre la diversidad genética en el ser humano y en otros organismos, y quiero compartirles el siguiente texto que me pareció interesante:
“La diversidad genética y la domesticación
La forma, función y comportamiento de los organismos se transmiten de generación en generación a través de la información genética. Esta información no es idéntica entre los individuos de una misma especie, sino que existe variabilidad o diversidad genética. La diversidad genética puede medirse en términos de qué genes y qué alelos (variantes de genes) existen en los diferentes individuos de una población dada, lo que lleva a las diferencias que observamos en su fenotipo, como diferentes colores de ojos, formas de granos de maíz o capacidad de resistir ciertas enfermedades.
La diversidad genética de las plantas cultivadas se modifica por el efecto de tres fuerzas evolutivas: la selección natural, la selección artificial y la deriva génica.
La selección natural determina qué plantas podrán llegar a la edad adulta y reproducirse, con base en cómo las plantas responden a las condiciones ambientales, la duración de los días, los patógenos y otros factores externos que están fuera del control de los seres humanos. La selección artificial es el proceso mediante el cual los seres humanos seleccionamos los individuos que nos gustan más (por ejemplo, por sus características de grano), a partir de los individuos que la selección natural ya filtró.
La deriva génica se refiere a que la proporción de un genotipo puede variar por factores azarosos, no porque no haya sido seleccionado.”
- Fuente:
https://www.biodiversidad.gob.mx/diversidad/evolucion-bajo-domesticacion/divgenetica
Lo anterior es solo un ejemplo de cómo, en muchas plantas, animales y otros seres vivos, se producen cambios genéticos. Y no todos son malos; simplemente son diferentes, y diferente no es sinónimo de malo.

En pocas palabras, yo no sé nada. No soy especialista en genética, solo tengo un hijo intersexual y quiero transmitir mi experiencia. Hay días malos, hay días buenos, días tristes, días grises… pero mi hijo está vivo, está aquí, y me tocó ser su mamá.
Deseo que todas las mamás y papás que leen esto, o que tienen un familiar intersexual, sepan que nuestros hijos e hijas son maravillosos, que tienen algo especial. La ciencia trata de entender el origen, pero nosotros solo tenemos el resultado, y hay que caminar con ello, pase lo que pase.
En nuestras manos está hacer la diferencia. No hay por qué temer. Lo más importante es que nuestras decisiones, ¡todas!, estén hechas desde la razón y el amor que sentimos por ellos.
Soni está creciendo. No es perfecto, pero tiene un gran corazón, y mientras yo esté viva, lucharé para dejarle un camino más amable. No podemos controlar las cosas externas: el bullying, la gente ignorante… pero sí puedo darle confianza, apoyarlo para que siempre crea en él, para que sepa que la vida es maravillosa. Que hay cosas que no nos agradan de nuestro cuerpo, pero eso no determina el valor de una persona.

Sé que va a tener que enfrentarse a situaciones que ni su papá ni yo hemos experimentado, pero él tiene una ventaja: está acompañado. Su familia directa lo acepta como es, y estamos informándonos sobre el tema con fuentes confiables.
Sí, sí me da miedo, es algo desconocido. Sí, me pregunto en algunas noches cómo será cuando crezca. ¿Le funcionarán las gónadas? ¿Las tendrá? ¿Le crecerá vello? ¿Le cambiará la voz? Claro, todo esto es normal, pero, ¿saben qué? Todo eso está en mi mente, es solo mío. Porque a él lo veo tan tranquilo, tan inocente, tan hermoso. Y está vivo, es muy listo, le va bien en la escuela, es un niño sano y con un gran futuro. Así que eso me alienta, me anima, me fortalece. Y termino dejando todo en manos de Dios, del universo, y solo agradezco por esta hermosa oportunidad de aprender junto con Soni.
Haré todo lo que esté en mis manos para orientarlo de la mejor manera. Sí, se va a caer, se va a equivocar, va a llorar, como todos. Pero ahí estaré, con los brazos abiertos, para abrazarlo y decirle que, aunque sienta que no toca la arena con sus pies, aunque parezca que va mar adentro, aquí estamos su papá y yo para abrazarlo, levantarlo y sacarlo a flote cuando más sienta que se hunde.
Cambio y fuera, mis queridas mamis. Les dejo la siguiente frase para reflexionar:
“Ser valiente no significa que no tengas miedo, es actuar a pesar de este”
Con cariño, Marinette


