Este texto fue compartido exclusivamente con Brújula Intersexual, si quieres publicarlo en otro lugar, por favor escríbenos para pedir autorización a la autora: blogmamainter@gmail.com
En este enlace puedes ver todas las entradas del BLOG MAMÁ INTER
EL SIGUIENTE PASO
Por Marinette
¡Hola mis queridas, queridos y querides lectores!
Espero que hayan pasado un maravilloso fin de año.
Para mí fue maravilloso, pues disfruté mucho con mi familia, con amistades cercanas y, por supuesto, con mi querido Soni: tan hermoso, tan lindo. Me encanta cerrar el año con la gente que más amo. Pienso que, como cerremos el año, así lo iniciaremos, con alegría, paz, risas y mucha buena compañía.
Mi familia es pequeña, solo somos papá, mamá, un hermano y una hermana. Soni es el único nieto, y mis hermanos posiblemente ya no lleguen a tener hijos, así que quiero mostrarle a Soni que hay otra familia, aparte de la que nos toca al llegar a la tierra: las amistades que elegimos para compartir los momentos especiales.
En esta ocasión, quiero platicarles cómo vamos con el tema de la intersexualidad, qué estamos haciendo. Y digo “estamos” porque estoy trabajando con el papá de Soni y con tres terapeutas, créanme que nunca había hecho algo así en mi vida. Aún no sé qué pasará. Por eso abro con la siguiente frase:
“Detrás de cada niño que cree en sí mismo, hay un padre o una madre que creyó en él primero”

El año pasado, tras mi viaje a Bolivia, tuve la necesidad de dejar a Soni con su papá durante 6 días. Ya lo había dejado un par de días con su papá antes, pero en esa ocasión él estaba más pequeño. La diferencia es que ahora coincidió con la ceremonia de fin de curso de la escuela. Esto ya se los había comentado anteriormente, y, para los lectores nuevos, les comparto que fue una situación muy difícil e inesperada. Aunque me dolió, entendí que era necesario hacerlo para contribuir a una buena causa. Para la próxima, seguro me llevo a Soni.
A partir de este hecho, cuando regresé a México, lo primero que hice fue irme de vacaciones con mi amado Soni. Estuvimos en una casa en Tepoztlán (un pueblito cercano a la CDMX), solo él y yo, disfrutando de nuestro tiempo juntos y de la naturaleza. Ahí observé que estaba muy preocupado por una situación en particular: me preguntó en diversas ocasiones si el siguiente fin de semana se iría de nuevo con su papá. Eso me llamó la atención, así que comenté su preocupación con su papá, quien me dijo que no había pasado nada y que no sabía a qué se debía su insistencia.

Fue tal la insistencia que, a partir de ahí, Soni lloraba porque no quería quedarse con su papá. Me contaba que, cuando se iba a dormir, él lo dejaba solo, y eso le causaba miedo. En dos ocasiones lloró, y mi preocupación fue tanta que decidí acudir con Eva Alcántara, quien es terapeuta y colabora con Brújula Intersexual. Muy amablemente, ella se hizo un espacio para atender a Soni.
Ya anteriormente, Eva y yo habíamos comentado que estábamos llegando al momento de abrir un espacio seguro para Soni, con el fin de irlo preparando para hablar acerca de su cuerpo. Sin embargo, esta situación hizo que todo se adelantara.
Al parecer, Soni desarrolló un sentimiento de abandono cuando me fui, mayor al que suele presentar un niño de su edad. Obviamente, su papá me culpa de haberlo dejado cuando más me necesitaba, pero no es así. No somos perfectos, y para los ojos de unos pudo haber sido un alejamiento natural, mientras que para otros, un abandono “cruel”.
Sé que su papá lo ama a su manera y estoy segura de que jamás le haría daño. Sin embargo, a veces nuestras acciones son inconscientes, y, aunque lo último que queremos es dañar a nuestros pequeños, en ocasiones es lo que acabamos haciendo al intentar protegerlos.
Soni empezó a asistir con Eva. Entra solo a su terapia, y hasta ahora todo va muy bien. De pronto siente ansiedad, pero hemos trabajado varios temas, y lo que más me gusta es que él tenga un espacio seguro, donde sabe que hay alguien más, aparte de mí o de su papá, en quien puede confiar. Un espacio donde puede hablar de lo que quiera con confianza y privacidad. Realmente, me siento muy tranquila de que Soni esté tomando esta terapia.
El objetivo es prepararlo para cuando empecemos a abordar el tema de su cuerpo. La idea es que sea este año, ya que pronto cumplirá 8 años.
Desafortunadamente, nuestros temas de adultos no nos han permitido, a su papá y a mí, ponernos de acuerdo respecto a algunas cuestiones sobre la educación que queremos darle a Soni, por ejemplo, si dejamos o no que use videojuegos, los valores, el ejercicio, el amor, las emociones… Han surgido diversos temas, todos importantes. Por lo tanto, Eva nos pidió resolver nuestros conflictos y llegar a acuerdos sobre cómo llevar la educación de Soni.

En general, siempre hemos llegado a un acuerdo, pero ahora que Soni está creciendo, las diferencias entre su papá y yo obviamente se han acentuado. Por eso empezamos a ir con la Dra. Victoria, una excelente doctora, con quien estamos trabajando nuestras diferencias. El objetivo es concientizarnos sobre la importancia de llegar a acuerdos, ya que, al menos por mi parte, no quiero que nuestras diferencias sean un obstáculo para enfrentar el siguiente paso.
¿Y cuál es el siguiente paso?

Como ustedes saben, los niños crecen rápido. De verdad, hace siete años deseaba que este momento no llegara, por miedo, por incertidumbre. Pero tarde o temprano hay que afrontarlo, y qué mejor que hacerlo acompañada de gente linda que se preocupa por Soni y por su bienestar.
Así, el siguiente paso será iniciar una terapia familiar con Eva, en la que estaremos presentes Soni, su papá y yo, y donde le explicaremos las diferencias de su cuerpo.
¡AAAAAAAAAAAAAAAAAhhhhh! Se oye fácil, parece sencillo, pero no lo es. Se me atraviesan muchas emociones, preocupaciones, sentimientos de alegría, tristeza, ansiedad. Tengo todo en el estómago y en la mente cuando pienso en ese momento.

Es un gran paso para Soni, pues quizás, aunque aún es un niño inocente, ya se ha de estar preguntando acerca de su cuerpo. No sé si sea el mejor momento, no lo sé. Lo que sí sé es que será un momento decisivo, y es muy importante cómo se lo manejemos, ya que puede interpretarlo de manera positiva o negativa. Por eso, nos apoyaremos en Eva, para que nos ayude a encontrar la mejor manera de guíarlo para que pueda digerir esta información.
Yo, sinceramente, no tengo idea de cómo manejar ese tema con él, ni de qué pasará… Pero ahí estaré para él, para mi hermoso Soni.
Quizás todas las posibilidades que pienso no sucedan… quizás solo son mis prejuicios, mis miedos y mi inseguridad lo que me habla. No quiero que se ponga triste. Hasta ahora, Soni se ha identificado como niño. Le encantan los juegos rudos como jugar a las luchas, con las espadas, a los almohadazos; le fascina que lo carguen y le den vueltas. Nos hemos divertido mucho, y lo veo muy feliz.
Mi mayor temor es que, cuando crezca, me diga: “Mami, ¿Por qué no me dijiste que mi cuerpo era diferente? Quiero ser como todos los demás”. Siento que el control sobre lo que yo pueda decir se desvanece. No tenemos control sobre todo, y eso es algo que Soni me ha enseñado: no se puede controlar todo, de hecho, lo único que podemos controlar es lo que está en nuestro interior. Lo externo no nos corresponde. Pero, en este caso, es mi hijo, y lo amo con toda mi alma. ¿Y si algo externo le afecta? ¿Qué puedo hacer para protegerlo?
Pienso que solo puedo controlar mi ser, estar tranquila para abrazarlo, escucharlo y contenerlo. Y me duele, me duele no poder hacer más. Pero me digo a mí misma que lo que hago es suficiente, y que estará bien.
Por otro lado, estoy yendo con otra terapeuta muy profesional y enfocada también en todo lo relacionado con la diversidad de género. Se llama Claudia, y ahí asisto de forma individual. Sí, parece una locura estar en tanta terapia, y, para rematar, a fin de año mi hermana me invitó a un taller para madres y padres, muy interesante, por cierto.
Lo que quiero transmitir con todo esto es que lo que hagamos para aprender más acerca de la variación intersexual de nuestros pequeños nunca estará de más. Siempre es buen momento para investigar y acercarnos a la gente adecuada. También tenemos que estar preparadas para lo que venga.
En mi espacio de terapia trabajo sobre los temas que debo afrontar en mi día a día. Obviamente, también escucho una perspectiva diferente sobre las otras terapias. Todo se complementa, todo va encajando poco a poco, y está bien tomarnos un espacio para nosotras. Nadie es perfecto, y siempre es bueno escuchar puntos de vista distintos a los de la familia o las amistades, que por lo general nos quieren mucho y nos dicen las cosas de manera linda. Sin embargo, hay ocasiones en que debemos ser realistas y enfrentar lo que no nos gusta.
Es importante notar que no en todos los casos será necesario hacer todo esto para estar preparados. Creo que con tener un buen contacto con Brújula Intersexual y leer la información que se publica será suficiente. En Brújula hay personas maravillosas con quienes pueden platicar. Mi consejo es que contacten a Laura Inter y a otras personas de la organización, quienes son personas muy valiosas y, con toda su experiencia, puede escucharles, orientarles y revisar su caso de manera particular.
Yo también estoy aquí, por si algún día quieren platicar o escribirme. Siempre será un honor apoyarnos entre nosotras o a los familiares de infancias intersex. Creo que lo más lindo es cuando, desde la humildad, podemos pedir apoyo y decir: “Quiero aprender para guiar a mi hij*, a mi sobrin*, a mi herman*, a mi niet*”. ¡Nunca es tarde!
La información está aquí. Es cuestión de tener la mente abierta y dejar de lado lo que la escuela, nuestros padres, maestros, la mercadotecnia y la sociedad en general nos han inculcado. Hay que desaprender y retomar esta nueva enseñanza con empatía, consideración y honestidad. Poder decir: ”NO SÉ, NO ENTIENDO SOBRE INTERSEXUALIDAD, PERO AMO A MI HIJO Y, POR ÉL, HARÉ TODO LO NECESARIO PARA LOGRAR ENTENDER LO QUE ESTÁ ATRAVESANDO O LO QUE VA A ATRAVESAR”.
L*s niñ*s inter nos vienen a enseñar muchas cosas. De por sí, nuestros hijos siempre nos sorprenden con sus enseñanzas, pero tener un hijo intersexual a mí me ha enseñado a ser menos superficial, a no juzgar o asumir cosas de las personas por su apariencia, y sigo aprendiendo. Aún me cuesta dejar de juzgar mi propio cuerpo; estoy aprendiendo a aceptarme tal como soy y a trabajar en muchos otros aspectos que todavía necesito mejorar.
Me ha enseñado a ser yo misma, a quererme con mis defectos y virtudes, ¡a disfrutar la vida sin tanto prejuicio! Y todo eso se traduce en ¡LIBERTAD!

Mi mensaje para este mes es: iniciemos el año con la idea de que nuestros hijos son un universo maravilloso, deseosos de ser descubiertos, amados y valorados. Hagámonos presentes y visibles como madres o padres conscientes y responsables. Complementemos y sumemos a su existencia, en lugar de restar. Seamos su lugar seguro, su espacio favorito, pues lo que vivan en la infancia será la base para formar personas adultas con una buena autoestima que les permita transitar por este mundo único y sin igual.
Cambio y fuera, mis querid*s lectores. Les deseo un maravilloso 2025.
Con cariño,
Marinette
