Esta historia fue compartida exclusivamente con Brújula Intersexual, si quieres publicarla en otro lugar, por favor escríbenos para pedir autorización a la autora: brujulaintersexual@gmail.com
En este enlace puedes encontrar otras publicaciones de Yela: https://brujulaintersexual.org/?s=Yela

La segunda ilustración, en la parte superior derecha, muestra a una mujer con cabello negro vista desde atrás. La mujer está frente a un médico que la está atendiendo.
Lo que pudo haber sido… y no fue.
Por Yela (Venezuela)
No es que siga anclada a mi pasado, es que lo que pasó ayer marco y marca mi día a día.
Estoy consciente de que la vida de una persona intersexual puede ser igual o más bella que la de cualquier otra persona. En mi caso, tuve una infancia con una salud óptima, era una niña súper fuerte y sana, sin embargo, mi familia reprimía mi comportamiento y mis gustos, no les parecía bien que siendo niña jugara a los carritos, que quisiera correr, que estuviera activa y que sudara como cualquier niño o niña.
En mi adolescencia llegaron los cambios del desarrollo: mi voz se hizo súper gruesa y me creció mucho bello facial y corporal. Con estos cambios llegó el hostigamiento social, las burlas despiadadas, las miradas curiosas, las preguntas incomodas, las visitas a los hospitales y la ignorancia y frialdad de los médicos. También fue en esta etapa que descubrí mi sexualidad: me gustaban las mujeres… y tuve que reprimirla, pues para mi padre la homosexualidad era la peor tragedia que podía pasar en la familia. Todas estas experiencias causaron en mi mucha inseguridad, baja autoestima y una lucha grandísima para seguir viviendo. Incluso salir a estudiar era un verdadero reto y un desgaste emocional inimaginable.
En mi edad adulta aun ignoraba mucho, si no es que todo, sobre mi variación intersexual. Así que me dejé llevar por lo que me decían los médicos, quienes me hicieron una cirugía que cambio mi calidad de vida para siempre: me quitaron mis gónadas sanas… y nunca me dieron un tratamiento adecuado para suplir las hormonas que estas producían. Debido a esto, hasta el día de hoy, mi salud es precaria, tengo un y mil síntomas tanto físicos como emocionales.
Hoy, gracias a Brújula Intersexual, ya cuento con toda la información necesaria sobre intersexualidad y sobre mi variación intersexual. Además, he llegado a amar mi cuerpo tal cuál es. También tengo a mi lado una pareja que me complementa, que amo y me ama. Sin embargo, desafortunadamente las heridas del pasado siguen empañando valiosos momentos de mi vida, todo a causa de la ignorancia: médica y social. Por esta razón no puedo callar, quiero que mi voz sea escuchada, las personas intersexuales tenemos derecho a la autonomía sobre nuestros cuerpos y a ser respetadas por la sociedad.
