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Reflexión: Recuerdos que aún duelen
Por Yela
Soy una persona que en la actualidad amo ser una mujer intersexual, lo veo como un privilegio y me siento afortunada. Eso no quiere decir que la memoria de vez en cuando no duela… el recordar todo el daño que me hicieron me causa frustración, pues aún con todo el conocimiento y la autoestima que tengo ahora, no puedo volver al pasado y cambiar las cosas.
A veces me gustaría volver a ser una niña para disfrutar todo lo que debí en su momento. Me hubiera gustado poder ser yo misma, sin que me limitaran. Recuerdo que mis padres decían que todo lo que me gustaba eran “cosas de niño” y que debía “comportarme como una niña”. Así que fingía que me gustaban las muñecas cuando yo solo quería jugar con carritos. También tuve que reprimir mi hermosa voz para que no saliera tan gruesa, porque eso era motivo de burla y señalamientos. Me robaron mi infancia y adolescencia, ya que no pude vivir siendo yo misma y libre de los prejuicios de otras personas. Más tarde, en la edad adulta, con engaños me robaron mi derecho a decidir sobre mi cuerpo.
Actualmente no estoy buscando culpables, solo estoy ocupando este espacio para desahogarme y sacar esos pensamientos que aún siguen llegando a mi mente y siguen doliendo.
Hoy soy libre de ser quien soy y disfruto mi presente, si bien en esta vida no me tocó ser una niña feliz, yo me aseguro de ser una adulta que camina segura por la vida, orgullosa de mi cuerpo, de mi voz, de mi esencia y de mi intersexualidad.
Mi sueño en esta vida es que ninguna niña o niño tenga que vivir lo que me tocó a mí, y que la familia, la sociedad y los médicos entiendan y respeten nuestros cuerpos. Seguimos luchando por un sueño que esperamos se haga realidad…

