BLOG MAMÁ INTER: Valiente

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Blog Mamá Inter: Valiente

Por Marinette

¡Hola a todes! Nuevamente yo, reportando desde la trinchera de ser una Mamá Inter

El pasado 10 de mayo fue el día de las mamis, y estuve reflexionando sobre la información disponible acerca de las personas inter, realmente no es mucha, pero gracias a Brújula Intersexual ya contamos con más información en nuestro idioma, y me pregunté: ¿qué hay de las mamás inter? De aquellas personas que llevamos en el vientre a esas personitas tan especiales, de todas las mamás valientes y guerreras anónimas que tomaron decisiones por amor, por miedo o por falta de información, pero buscando siempre el bien para sus pequeñ@s. Es por este motivo que en esta ocasión quiero contarles un poco sobre mi embarazo, esperando que sirva como referencia para las mamás primerizas que, como yo, cuando no tenemos información, pensamos que hicimos algo mal durante el embarazo, que quizá fue la edad, un medicamento que tomamos… un sinfín de ideas que surgen y, al final, ninguna es cierta.

Ya ha pasado tiempo, pero les compartiré lo que más recuerdo de mi embarazo, les contaré esos detalles que nunca olvidaré. Pienso que este tema es uno de esos capítulos de la vida que nadie cuenta, pero que es parte de nuestra experiencia como mamás y uno muy importante.

Un previo a la llegada de Soni

A continuación, les comparto algunas estrofas de una canción que me gusta mucho y que escucho desde que Soni estaba pequeñito, de hecho, la cantamos juntos cuando me dice que tiene miedo de algo:

“Valiente, simplemente ser fiel a uno mismo

A pesar de los pesares de quien sea

Atreverse a soltar lastres

Que no te pertenezcan

 

…No se puede no ser valiente

Si tienes un antes, un después

Y, sobre todo, un durante

Si estas sencillamente ¡vivo!

 

Valiente es aquel que siente miedo

No se paraliza y lo utiliza

Como combustible del valor…”

(Estrofas de la canción “Valiente” del autor Pedro Pastor)

En octubre de 2016, inicié un diario para mi querido Soni. Siempre he escrito para mis hijos, pensando que algún día les interesará saber de mí ¡pero bueno, nuestros deseos a veces están lejos de la realidad! ¡En esta ocasión quería plasmar cada momento mágico sobre él y yo juntos en el mismo cuerpo!

Empecé a escribir desde que supe de su existencia, hasta su nacimiento y unos años más… por lo tanto, haré algunas referencias a lo que pensaba y que escribí en determinados momentos de mi embarazo y lo que le deseaba a mi bebé en crecimiento…

Cuando tenía uno o dos meses de embarazo, empezaba con el asco y las náuseas, era algo que sucedía de vez en cuando y escuchaba los consejos de mis amigas y de mi mamá, todas ellas con más experiencia que yo.

“Hoy aún no sabemos si serás una niña o un niño, pero estamos seguros de que serás un gran ser humano, listo para aprender y emprender el viaje más maravilloso… la vida”

Realmente, ese tema no nos preocupaba, solo queríamos que naciera sano y sin complicaciones.

En el tercer mes, yo ya sentía algo dentro de mí, sin embargo, todo transcurría maravillosamente bien. Tenía algunos antojos, por ejemplo, siempre me ha gustado el helado, pero en esos momentos, creo que probé todos los helados que pudieran existir, de vainilla, chocolate, menta, cajeta, mango, sandía… todos. Me compraba un helado cada que podía….

Yo seguía trabajando, a veces en casa porque empezaba a tener algunas migrañas, pero el doctor decía que era normal, pues se estaba formando la placenta. No me preocupaba, porque desde pequeña sufría migrañas, era algo que para mí era familiar. Pensaba que quería darle lo mejor de mí a mi bebé, y si eso era necesario para que estuviera bien, pues lo aceptaba con amor. Al final las migrañas serían temporales. Mi amor por Soni era más fuerte, y aunque doliera, era por amor, y no me costaba trabajo soportar las migrañas.

Había días en los que me sentía muy triste o melancólica, así que hacía meditaciones para contrarrestar esos sentimientos.

“Hoy, solos tú y yo, hicimos una meditación, estuvo buena, sé que te gusto, lo seguiré haciendo, quiero que tu nivel de conciencia sea más alto, pues tú serás un ser muy especial”.

En el cuarto mes, mi panza ya era mucho más grande, realmente estaba subiendo de peso. Había días en los que me sentía de maravilla, tenía muchísima energía, mi ánimo era genial y me encantaba ir a trabajar, salir con mis amigas, estar en casa con mi mamá, en fin, siempre he sido muy activa, y cuando mi ánimo estaba al 100, lo aprovechaba… pero había otros días en los que me sentía muy triste y decaída. Para mí estos cambios de ánimo eran normales, pues estar embarazada es una fase donde las hormonas están haciendo una “fiesta” y, según yo, subían y bajaban, pues crear una vida no era cosa sencilla.

“Nunca te fijes en el exterior, ni en las cosas materiales, fíjate en la esencia de cada persona, mira más allá de lo que tus ojos pueden ver”.

En el quinto mes de embarazo, diciembre, fui a hacerme un ultrasonido y el doctor nos preguntó si queríamos saber el sexo del bebé, le dijimos que sí lo queríamos saber… así que el doctor dijo que sería una hermosa princesa… ¡Uf! Bueno, su papá se volvió loco de felicidad, porque era lo que más deseaba, ya tenía planeado como llamarla desde que estaba en la universidad… y yo, bueno, si me hubieran dado a elegir hubiera querido un niño, pero realmente no me importaba tanto. Al respecto, quiero compartirles una anécdota:

Diosa Ixchel. Descripción de imagen: una escultura de piedra de una mujer hincada con atuendo maya sosteniendo un pescado. La mujer representa a la Diosa Ixchel. La escultura está frente al mar.

Al principio de mi embarazo fui a Cancún, ya tenía comprado mi boleto desde unos meses antes de saber que estaba embarazada, fui a festejar el cumpleaños de una amiga. En uno de los tours que hicimos, llegamos a Cozumel y ahí nos dijeron que fuéramos a visitar a la Diosa Ixchel, Diosa de la Fertilidad, que era muy milagrosa, y me dijeron que le pidiera lo que yo quisiera para mi bebé. Yo quería un guerrero valiente, que naciera saludable, que fuera inteligente, pero recuerdo muy bien que cuando llegamos, empezó a llover súper fuerte y la gente desapareció para cubrirse de la lluvia, solo quedamos mi amiga y yo, y ahí, debajo de la lluvia, pedí mi deseo con mucha fe, y de verdad fue algo mágico porque la lluvia cesó y el sol salió resplandeciente… fue un momento inolvidable….

¡Y quién lo iba a decir, que mi deseo se hizo realidad…no pedí un niño, pedí un guerrero valiente! Y eso es lo que me llego.

“He pasado muchas cosas para llegar a este momento de verte entre mis brazos, será lo más mágico y especial que me pueda pasar”.

Al sexto mes de embarazo, empezaba a recordar como habían sido los embarazos de mis amigas, cuatro de ellas ya tenían a sus bebés, dos son niños y dos son niñas, y recuerdo que las caritas de las mamás que tuvieron niños, eran afiladas y delgadas como si no estuvieran embarazadas, y las caritas de las que tuvieron niñas, se pusieron redondas y un poco más llenitas… Yo tenía la cara delgada, pero la panza era como si fueran a nacer gemelos….

En los últimos meses de embarazo, recuerdo que en el trabajo empecé a tener un sentimiento de odio – no sé cómo explicarlo –  hacia los hombres, era algo inexplicable. Trabajaba con mi papá, y cada que hablaba con él, yo explotaba, era como si algo estuviera cambiando en mí… también tuve un incidente con un cliente, ya grande de edad, no me gusto lo que me dijo y le grite, algo completamente inusual en mí. Era como si mis hormonas masculinas estuvieran al máximo, no toleraba nada en la empresa, empecé a generar miedo en las personas. No sé qué fue lo que me paso, así estuve al menos 2 meses, como del cuarto al sexto mes de embarazo, y después ese sentimiento fue bajando poco a poco.

Había días que salía del trabajo y solo quería caminar y llorar sin parar, no entendía por qué, pero era un sentimiento que tenía dentro de mí. Fui a visitar a mi terapeuta, pero no tuve respuestas, solo me dijo que quizás mi nivel hormonal estaba cambiando y por eso me alteraba. No sé cómo sean los embarazos de las demás personas, sé que cada cuerpo es diferente, pero en mí estaba ocurriendo algo que no sabía cómo explicar.

“No sé cómo vayas a ser, lo único que sí sé, es que como seas te amaré, te cuidaré, te enseñaré tantas cosas, mi vida hermosa”.

En el séptimo y octavo mes de embarazo, ya me sentía muy pesada, muy cansada, dejé de trabajar hasta dos semanas antes de que llegara el gran día, esos días los tome para relajarme y esperar tranquila la llegada de Soni, que se aplazó una semana más….

“Te amo bebé hermosa, me encanta llevarte más tiempo dentro de mí. Por ejemplo, ahora que comí sola, no estuve sola, tú estás aquí conmigo y, para festejar, vamos por un helado”.

Finalmente, llegó el día a las 38 semanas. Sentía nervios como toda mamá primeriza. Soni nació por cesárea, después de que lo sacaron mis niveles de presión bajaron y el doctor estaba hablándome para que no me durmiera, de pronto, llegó el pediatra y dijo: “Felicidades, tuvo un hermoso hijo”, regresé a la vida, y mi ginecólogo dijo sorprendido: “Oiga, pero yo le había dicho que era niña”, el pediatra le respondió: “Pues doctor, temo que se equivocó”. 

“Sorpresa… eres niño”.

Y así fue como Soni llego a esta historia….

Creo que todas las mamás estamos muy conectadas con esos seres hermosos que llevamos dentro por 9 meses, mi única recomendación para todas sería: Bendigan cada segundo que pasen juntos, disfruten cada instante en el presente, y alégrense porque ambos están con vida y pueden abrazarse, mirarse, sentirse… La intersexualidad es simplemente una condición que no hace ni más ni menos valiosos a nuestros hijos, simplemente hay que amarlos, aceptarlos y guiarlos como a cualquier otro ser humano, recalcándoles, cuando sea el momento oportuno, que la gente que los ama, los amara como sean, sin importar su apariencia, su género, su orientación… y las personas más importantes a las que siempre deben ser fieles y respetuosos, son a ellos mismos.

Gracias, gracias, gracias.

Cambio y fuera, ¡nos vemos a la próxima!

Marinette

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